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Ester Exposito

Estaba dormida en cama, sentía un calor muy grande pero recordé que Itzan estaba dormido a mi lado, podía sentir sus manos sobre mi cintura y su cuerpo pegado a mi cuerpo.

Di vuelta y notaba que Itzan se estaba despertando poco a poco.

-Buenos días. – me dice

-¿Has logrado dormir bien? – le pregunto

-Contigo siempre duermo bien. – dice, sonriéndome

Yo pongo mano sobre su pelo, acariciándole.

Notaba mirada de sus ojos marrones sobre mis ojos, esa mirada me asustaba, estaba pensando en algo y no podía entenderlo.

-¿Qué pasa?- le pregunto

-A veces tengo ese sentimiento de que un día vas a despertarte y vas a dejarme. – dice

-¿Por qué? – le digo

-No sé, quizás mi padre tenía razón, eso me da miedo. – se confiesa

-Yo te quiero. – le digo

-¿Estás segura de que no estás confundida?- pregunta, estaba muy serio

-No estoy confundida, no tengo 15 años. Sé que te quiero, no entiendo porque sigues pensando en tu padre. Hace días no querías ni verlo y ahora estas pensando en cosas que te dijo. – le digo

Itzan se levanta.

-Sigo enojado. – el dice

Yo también me levanto, me acerco a él, poniendo mano sobre su espalda, no podía ayudarle a olvidar el tema pero podía decirle la verdad sobre apuesta. Llevo días queriendo ser sincera con el pero no logro.

Le doy un beso en espalda, abrazándole.

-Menos mal que tu estas aquí y que puedo confiar en ti ciegamente. – me dice

-Itzan, hay algo que tengo que decirte. – le digo

El da vuelta, mirándome.

Estaba preparada para todo lo que viene pero al parecer el destino no quería que le dijera, ya que Miguel tocaba las puertas y entraba.

-Joder. Lo siento, no sabía que siguen dormidos. – dice, dando la vuelta

Yo me cubro con sabanas, Itzan toma pantalones, poniéndolas.

-Está bien. – dice Itzan

Miguel da vuelta, mirándonos.

-¿Quieres ir conmigo a gimnasio? – pregunta a Itzan

-Ya vengo. – le contesta

Miguel sale de habitación.

-¿Que querías decirme? – me pregunta

-Nada, puede esperar. – le digo

Me parecía como si Itzan no estaba tan convencido que es una tema que podría esperar pero de todos modos salió, dejándome sola.

Utilice el tiempo libre para llamar a Danna y decirle que viene a tomar un café conmigo.

No la vi desde hace días, la extrañaba.

-¿Ay, donde estabas todos estos días? Ni me llamas, ni me mandas mensaje ni nada. – dice

-Estaba solucionando un problema con Itzan. – le digo

-Ya me imagino que clase de problema. – comenta, sonriéndome

-No es lo que tú piensas, tenía un pequeño problema con su padre. – le explico, sin contarle todos detalles

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