106

476 32 2
                                    

Ester Exposito

El siguiente día me despertaba en brazos de Itzan, dormí tan bien que olvide llamarlo anoche, me di cuenta que no estaba aquí.

-Buenos días. – le suspiro en oído

El abría los ojos.

-Joder, que tengo mucho sueno. – dice, de mal humor

-Hueles mucho, ya veo que bebiste anoche. – comento

-Un poco. – el dice tratando acomodarse en cama

No podía dejar de mirar su cuerpo desnudo, estaba en bóxer y nada más.

-¿Tienes hambre? – pregunta

-Si, mucho hambre. – le digo mientras seguía observando su cuerpo

Ponía una mano sobre su pecho, acariciándolo.

-¿Tu no? – le digo, dándole un beso en cuello

-Ya, no pensaba en eso, estaba hablando de una comida, necesitas comer. – me dice

-¿Dónde estabas anoche? – le pregunto al dejar de besar su cuello

-¿Cómo que donde estaba? – pregunta

Responder una pregunta con pregunta siempre me da pánico, es como si me estaba escondiendo algo.

-Estaba... con Miguel. – dice

-¿Miguel? Pero dijiste que él no podía venir. – le digo

Itzan quedaba callado, notaba que estaba pensando en algo, aun que no se en que.

-¿Qué está pasando? – le pregunto, levantando mi voz

-Nada, lo llame luego y nos fuimos a tomar unas cervezas. – dice, sin poder mirarme en la cara

Yo me levantaba de cama, ponía mi ropa, estaba un poco enojada.

-¿Qué te pasa? – pregunta, levantándose también

-Nada. – le digo, aun mas furiosa de lo que estaba

Itzan quedaba callado, ni siquiera quiso tratar a convencerme de que realmente estaba con Miguel, no le importaba al parecer.

-¿No me crees, es eso? – dice, tomando pantalones y acercándose a mi

-No dije nada. – me defiendo

-No tienes nada que decir, me basta con mirarte y ya se lo que piensas. – dice, sonriéndose

-¿Y qué estoy pensando ahora, según tu? – le digo

-Pues, creo que quieres follar conmigo en las duchas.  – dice, sonriéndose

Odiaba y amaba esa sonrisa, lograba convencerme de cualquier cosa de esa manera.

-Eso no va pasar, tengo que desayunar o mejor dicho tenemos. – digo, hablando de bebe

-Pero también tienes hambre de mí. – dice, acercándose, poniendo mano sobre mi cintura

-¿Por qué tengo esa sensación de que quieres utilizar tu cuerpo para evitar una conversación? – pregunto

-Vale, no tenemos porque hacerlo pero no me buscas después. No voy a estar de ánimo para hacerlo, además Danna viene hoy para cenar. – me recuerda

-Que bien que te acordaste de eso, entonces vamos a tener que dejar esto para otro día. – le digo, a propósito

Itzan notaba que estaba furiosa pero decidió callar y no decir absolutamente nada.

De él no podía averiguar nada así que decidí llamar a Miguel, le dije que quiero un helado y como buen amigo lo trajo.

-¿Dónde está mi amigo? – dice Miguel

-Se fue a universidad, le queda poco para terminarlo por completo. – le digo

-Ya. ¿Por qué estas así? Pelearon, de seguro. – comenta Miguel mientras comíamos helado

-No, todo bien. Es que pase entera noche sola porque ustedes dos se fueron al bar y lo extrañe mucho. – le digo a propósito, era la única manera de averiguar qué es lo que está pasando

-¿Qué dijiste? – dice, confundido

-¿Te fuiste con el anoche, no? – le pregunto

Miguel seguía callado, tratando a entender de lo que hablo.

-Ya, si, me olvide. – dice, de repente

-¿Dónde estaban? – le pregunto, siguiéndole el juego

-El bar. – dice

-Miguel, no soy tonta. – le digo

Miguel quería protegerlo pero se equivoco, notaba que de inmediato quiso inventar cualquier excusa para cubrirlo, ni el mismo no sabía qué pasaba.

-De seguro se fue para pasear o algo. – comenta

-Te repito que de tonta no tengo nada, lo conozco, el hecho de que invento una cosa así es sospechoso. – digo

-No te engaño si es eso lo que estas pensando. Después de todo lo que paso no puedes dudar de él, no ahora. – dice, tratando a convencerme de que me estaba volviendo loca

-Si, estoy embarazada, nos va muy bien, no me haría una cosa así. – digo

Miguel lograba hacer mi día pasar más rápido, me hico creer que Itzan no hico nada malo pero sin embargo no podía negar que seguía teniendo dudas.

En cuanto nos fuimos a dormir no podía dejar de observar a Itzan dormido, tenia ciertas dudas que necesitaba averiguar.

SuncityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora