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Itzan Escamilla

Sentí que me pase un poco al tratar Ester de esa manera, no quería gritarle pero me enfade mucho por tema de mi padre. Es el hombre que mas detesto de este mundo, es puto alcohólico y jamás le importaba en la vida.

Jamás podría perdonarle todo el dolor que nos causo, mi madre logro recuperarse pero yo no pienso volver a verlo y mucho menos hablar de él.

Es una cosa que no quería discutir con Ester y ella logro descubrir que fue lo que me puso de esa manera.

Estaba en mi cama, mirando la pared y pensando que debía pedirle perdón a Ester o si no me iba dormir solo y eso no quería.

Salí de habitación y encontraba a Ester en cocina, lavando los platos.

Me acerco a ella, le di un beso en el cuello, al menos eso trataba ya que me empujo al sentir mis labios en su piel.

-Ya, veo que sigues enojada. – digo

Ester deja los platos y da vuelta, enfrentándome.

-¿Cómo quieres que este? – pregunta

-Odio a mi padre, Ester. Me vuelvo loco solamente con mencionarlo. – me sincero

-Si fue a hablar con tu madre no es por simple curiosidad, quería entenderte y ayudarte, lo hizo por ti. – me dice

-Lo sé, el hecho de que me enoje no significa que no entiendo porque lo hiciste. No me gusta estar peleado contigo. – le di, tomándola por la mano

Ella me queda mirando en los ojos, pone una mano sobre mi mejilla, acariciándome lentamente.

-¿Por qué siempre huyes cuando tenemos una discusión? Podemos resolverlo todo con conversación, debías saberlo. No me gusta verte de esta manera. – me dice

Yo le doy un beso, no quería evitar el tema pero tenía muchas ganas de estar con ella.

La tomaba por la cintura, levantándola y poniéndola cómoda al lado de lavaplatos.

Ponía manos sobre sus piernas bajo de falda y besándola.

-Miguel podría entrar. – dice entre besos que nos dimos

-Joder, que bonito seria que estuviéramos viviendo solos, nadie nos molestaba en momentos como estos. – digo mientras sigo acariciando su pierna

-Podemos seguir después. – dice Ester

-¿Piensas dejarme así? – la pregunto

Ella sonríe, estaba por quitar mi camiseta pero en ese mismo momento entraba Miguel.

Ester y yo nos apartamos de inmediato, ella baja y ambos quedamos mirando a Miguel quien estaba a punto de pillarnos.

-Me voy al baño. – dice Ester, alejándose

-Joder, Itzan. Podrías tener al menos un poco de dignidad, que estamos comiendo aquí. – dice Miguel

-No lo estábamos haciendo en la mesa, no estábamos haciendo nada por tu culpa, idiota. – le digo, bromeando con el

-Menos mal que entraba unos segundos antes de que se desnudaban. Te lo digo enserio, mientras yo viva aquí deben tener más cuidado. – dice

-Vale. – le digo

Poco tiempo después, Ester y yo estábamos en la cama, casi dormidos, con ropa.

-¿Cómo estas tan seguro que no quieres volver a verlo? – pregunta, de repente

-No lo necesito en mi vida. – le contesto

Ester me estaba mirando, notaba tristeza en sus ojos.

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