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Ester Exposito

Al aceptar seguir viviendo en apartamento con Itzan y Miguel, pensaba que todo iba ser como antes pero me equivoco.

Me sentí un poco incomodo, no sabía que decir ni qué hacer cuando Itzan estaba cerca de mí.

Sé que él dice que todo está bien pero puedo sentir que sigue dolido por lo de apuesta.

Estaba un poco aliviada de que toda la tema sobre apuesta debe estar olvidada y enterrada.

-No entiendo nada. – dice Danna

-Ya te lo explique. – digo, angustiada

-¿Cómo incomoda? – pregunta

-Joder, Danna, no puedo contártelo de nuevo. Es que, es difícil volver a normalidad, aquella normalidad cuando no había apuesta. – digo

-Lo que tú necesitas es echarte un polvo. Sabes como dicen, un clave saca a otro clave. – dice

-¿De qué hablas? – pregunto

-Lo que a ti te hace incomoda es que tú sigues sintiendo muchas cosas por él, tienes que olvidarte y comenzar a salir con otros chicos. – dice

Tenía razón pero yo no estaba preparada para ningún otro chico en mi vida, sigo queriéndole pero él me dejaba claro que jamás vamos a reconciliarnos y yo estaba de acuerdo.

-Déjate de tonterías, por favor. – digo

-Ester, no puedes seguir así toda la vida. Itzan es mas terco tío de este mundo, tienes que seguir viviendo tu vida y si el aun te quiere va buscarte. – dice

-Eso significa que debía darle celos con otro chico para ver si realmente piensa todo lo que me dijo. – digo, explicando

-Pues, si. – dice

-De ninguna manera, estoy harta de jugar juegos, el no quería escuchar mi historia porque no piensa estar conmigo. Lo que nosotros teníamos era bonito, era real pero también era parte de un juego, si yo fuera él jamás me perdonaría. – digo, un poco triste

-¿Cómo piensas seguir viviendo con el si aun quieres follarle? – pregunta

-A veces me sorprendo de tu manera de describir las cosas pero al otro lado recuerdo bien que te conozco toda la vida y no dejas de sorprenderme. – comento

-Tu sabes que es la verdad, sigues pensando en el aunque te rechazo indirectamente. Debías olvidarte de él, te lo digo enserio. – dice, muy seria

-¿Cómo lo hago? – pregunto

-No sé, cariño. Piensa en él como un amigo, deja de dar la vuelta y mirar hacia atrás, que no vale la pena. – dice

Me sentía un poco triste, lo quería de verdad pero no quería volver a hacerle daño, además tenía que salir y divertirme, tenía un plan y ese era olvidarme de Itzan por completo.

Si él estaba dispuesto a olvidarse de mi entonces yo pudiera hacer la misma cosa.

-Vale, tienes razón. Desde hoy voy a concentrarme en mi objetivo de olvidarme de él, le voy a querer como un amigo y ya. Le hice bastante daño como para seguir pensando en él, el pasado es el pasado. – digo, muy decidida

En cuanto regresaba a apartamento, Itzan estaba en cocina, estaba cocinando macarrones.

A veces pensaba que la única cosa que sabe hacer son macarrones.

-¿Y esto? – pregunto

El da vuelta, le sorprendí o le asuste, o quizás ambos.

-Tenía muchas ganas de macarrones. – me dice

-¿Podíamos hablar? – le pregunto

El asienta con cabeza, cruzando los manos.

-Ya sé que habíamos hablando de eso pero tenía que aclarar las cosas ya que te estaba evitando un poco desde que decidí a quedarme aquí. – explico

-Da igual. – el dice

-Quiero que sepas que toda esta situación parecía muy rara pero ya me estoy acostumbrando y no tienes nada de qué preocuparte. – le digo

-Yo no me estaba preocupando, de todos modos. Mira, tu puedes hablarme si quieres y si no quieres por mi está bien. – dice

Tenía unas ganas de darle cachetada, hace días que me dijo que todo iba estar bien y ahora va con este cuento de que le da igual si le hablo o no.

-¿Me podrías explicar de qué viene todo esto? – pregunto

-Mira, yo estoy feliz de que tu estas aquí pero si crees que voy a sentir lástima o pena por ti estas equivocada. Jamás voy a olvidar lo de apuesta pero no quiero hablar de esa tema y abrir viejas heridas. – dice

-Ya, es que eso paso desde hace mucho tiempo porque son viejas heridas. Pensaba que sabias que a veces sabes comportarte como un idiota. – le digo

-Yo pensaba que cosas están claras entre nosotros dos, te quiero aquí pero no quiero volver a acercarme tanto como para que los dos terminamos en cama juntos. – dice

-Si, lo tengo entendido, lo tenía entendido desde hace tiempo. – digo

-Entonces, todo está bien, si te sientes incomoda no pasa nada. Yo estoy bien, si quieres hablar yo estoy aquí y si no pues nos vemos después. – dice

Ese comportamiento suyo me enojaba tanto, un día era lindo y cariñoso y el otro día era el más grande imbécil que conocí en la vida.

-Claro. – le contesto, sonriendo

Quería decirle más cosas pero el timbre de puertas hico que dejaba mis pensamientos para otro día.

Me fui a abrir las puertas aun enojada, me quedaba sorprendida al ver a Irene.

-Irene, que sorpresa. – le digo, dándole un abrazo

Itzan se acerco a mí al oír que su madre estaba en las puertas, tenía una cara sorprendida igual que yo.

-¿Mama, que haces aquí y porque no llamaste antes de venir? – le pregunta

-Uy, que alguien esta de mal humor. No sabía que debía avisarme antes de visitar a mi único hijo. – dice

-Es que, estábamos un poco ocupados. – miento

-¿Cómo están ustedes dos? Cada vez que los veo se ven tan lindos, pero no me llamaron por mucho tiempo así que tenía que venir. – dice

-Mama, debiste haber llamado. – dice Itzan

-¿Qué está pasando? – pregunta su madre

-Ya que estas aquí, tienes que saber algo. – empieza decir el

-Itzan, no creo que es ni el momento ni el lugar. – digo

No entendí su empeño de decirle todo en cuanto entraba en apartamento pero tampoco entendí porque aun no le había dicho que no seguimos juntos.

-Pues, yo creo que lo es, así que déjame decirle lo que tengo que decir. – dice, muy grosero

-Vale, pero no tienes porque comportante como idiota. – le digo

-Si, utilizaste la palabra perfecta, que yo soy idiota porque no me entero de cosas de inmediato si no caigo en juegos de otra gente. – dice

-Claro, sabía que vas a volver mencionar apuesta. – digo

-¿Por favor, chicos, que les pasa? ¿Por qué están peleando? – pregunta

-Mama, nosotros no seguimos juntos, hemos terminado y no sabía cómo ni cuándo decirte. Ya que estas aquí pensaba que debías saberlo. – dice

Itzan sigue comportándose como antes, dice que todo está bien pero sigue comportándose como un niño chiquito.

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