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Itzan Escamilla

No podía creer que Ester sigue comportándose de esa manera tan caprichosa, yo estaba tratando a llevar normal relación con ella, hablarle y apoyarle a pesar de nuestros encuentros calientes.

Y el hecho de que Álvaro regreso no me ayudaba para nada, se que él podría seguir sintiendo algo por ella y Ester no le rechazara tan fácilmente, la conozco.

Me fui a dar un paseo con Álvaro porque estaba harto de estar encerrado y aburrido.

-Itzan, no puedes seguir evitando esta conversación. – me dice

-Jamás pensaba que voy a tener que hablarlo contigo, parece raro. – digo

-¿Por qué? – pregunta

-Tu la quisiste primero. – digo

-Eso no importa, quiero que me cuentas todo lo que te pasa. – me dice

-¿Dónde estabas todo este tiempo cuando necesitaba un amigo? – pregunto

-Ahora estoy aquí y te voy a escuchar. – dice

-La quería, de verdad. – digo

Eso fue lo único que lograba decir, nada más que eso.

-¿Aun la quieres? – pregunta

-Siempre la voy a querer. – digo

-Yo también. – el dice

-No entiendo porque decía todas esas cosas sobre mí, que yo era toxico, sigue repitiéndole. – digo, enojado

-Está furiosa contigo, debe ser por eso. – dice

-El que debe estar furioso soy yo, me engaño y ahora pretende que me olvide de todo como si nada. – digo, aun enojado

-¿Por qué te importa tanto? – pregunta

-¿Qué? – digo

-¿Por qué sigues pensando en hecho de que ella quiere que la perdones y tu no? Digo, era una apuesta y ya. ¿No es eso lo que tu hacías con otras chicas? – pregunta

-Es diferente. – me defiendo

-¿Cómo? – pregunta

-Yo jamás iría tan lejos como ella. – digo

-¿Y te enrollaste con ella otra vez? – pregunta

-Si. – contesto

-¿Va ser así desde ahora, vas a seguir enrollándote con ella y ser su amigo unos días y un desconocido otros días? – dice

Notaba que era un poco enfadado.

-No. – digo

-¿Qué cono piensas que estás haciendo, Itzan? Ninguno de nosotros tiene 17 años como para hacer estas tonterías de evitar a la persona que amas porque te sientes demasiado orgulloso. – dice, levantando su voz

-Tu te fuiste a Londres por ella. – le recuerdo

-Si, me fui. – dice

-Mira, Álvaro, no quiero discutir esto y mucho menos contigo. No quiero pelearme por ella porque eso es lo que va suceder. – le digo

-¿Sabes qué? La única persona que realmente debía estar enojada o furiosa soy yo, ambos me engañaron y se enamoraron, ni siquiera tenias el mínimo respeto de explicarme que estaba sucediendo. Ella te engaño a ti pero te quería y tu también la querías, eres un imbécil por querer dejar eso atrás por puto orgullo. – grita

-¿Y porque tu no la perdonaste? – le pregunto

-Por que no quiero estar con alguien quien al parecer no me quiere de misma manera. – digo

-Así que viniste aquí porque sigues queriéndola pero ahora te das cuenta que fuiste imbécil por sentirte así. – le digo

-Tenias razón, al fin nos íbamos terminar peleando. – dice

-¿No es así? – le pregunto de nuevo

-No. – contesta

-¿Entonces que fue eso que vi? La estabas abrazando, casi se besaron. – digo

-Si, casi nos besamos. ¿Y qué? – dice, acercándose a mi

-¿Me quieres decir que no sientes nada por ella? – pregunto

-¡No! Eres un imbécil, Itzan por creer que pienso ligarme a ella porque está soltera. – grita de nuevo

-Lo digo porque es la verdad. – digo

-No lo es. Me voy a casar en pocos días, es eso lo que vine a decirte pero al parecer tú no quieres escuchar. – me dice

Esto me tomaba por sorpresa, también el hecho de que ataque a mi amigo por celos.

-¿Te vas a casar? ¿Con quién? – pregunto

-Es una chica que vino a estudiar en Londres, es de Málaga. Es una chica que me quiere mucho y yo también a ella, me hizo sentir cosas que nadie más logro y nos vamos a casar. Te pienso invitar así que espero que logras comportarte como un adulto y hacer cosas bien al menos esta vez. – dice

-Álvaro, lo siento. – le digo

-Todo está olvidado. Pero hay una cosa que debías hacer. – dice

-Lo que sea. – casi le ruego

-Debes estar con ella si tanto la quieres, te pusiste celoso y tú mismo sabes lo que eso significa. – dice

-Lo siento por comportarme como un animal pero de eso nada. – digo, sincero

-¿Piensas perderla para siempre? – pregunta

-De eso se trata, creo que ya la perdí. – le digo

A pesar de mis sentimientos, Ester estaba muy fría y alejada de mi últimamente, no tenía otra opción que intentarlo de verdad y con alguien que también me quiere.

Esa persona se lo merecía y yo tenía un solo objetivo... de ganar su perdón.

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