Ester Exposito
Cada día fue mas y mas difícil, fue imposible estar viviendo en mismo lugar que Itzan y llevar una conversación normal.
Estaba preparando el desayuno, esperaba ver a Itzan pero al parecer el sigue dormido.
No quería despertarlo ni tampoco que vuelve sentir presión por mi parte.
Pocos minutos después escuche alguien abrir las puertas y entrar en apartamento.
Me asustaba así que decidí averiguar quién fue, ya que todos estaban dormidos.
Me tranquilice un poco al ver a Itzan.
-Joder, que susto. – digo
El cerro las puertas.
-Soy yo. – dice
Es la primera vez que me dice algo desde que descubrió todo.
-¿Estabas de fiesta toda la noche? – pregunto
El me enfrenta, me estaba mirando en los ojos pero no decía nada.
Creo que aun estaba borracho, situación se estaba complicando aun mas porque jamás le había visto ir de fiesta y regresar siguiente mañana.
También sabía que era mi culpa.
-Te estás pasando un poco con bebidas, jamás te había visto regresar en estas horas. – le digo
-¿Y a ti que cono te importa? – dice
Pensaba que podríamos hablar normalmente, al menos sobre este tipo de cosas pero Itzan volvió a comportarse de su manera.
-Me importa cuando pasas toda noche bebiendo y regresan siguiente día. Sé que te hice mucho daño sin querer pero también tienes que dejar de destruir tu propia vida. Todo esto tiene solución, como cada problema. – le digo
-Mi único problema eres tú y déjame decirte que no tiene solución. – dice y se va a su habitación
Después de pocos segundos notaba que Miguel estaba allí, al parecer lo despertábamos.
-¿Quieres comer algo? – le pregunto
Miguel sienta por la mesa.
-¿Cómo estás? – me pregunta
-Mal – contesto
-Lo siento. – me dice
-Todo está perdido, se que jamás vamos a volver estar juntos pero al menos podríamos hacer esfuerzo de ser amigos. – le digo
-Con el tiempo quizás. – dice
-El no me puede ni ver, Miguel. Es como si me había borrado de su mente completamente, no logro llevar normal conversación sin que él se enoja y vuelve mencionar apuesta. – digo
No me quedaban opciones, Itzan jamás va volver hablar conmigo, es demasiado terco y testarudo y yo no tengo ganas de seguir corriendo tras él para que me perdone.
-Me voy a casa de Danna por unos días. – le digo
-¿Por qué? Si es por Itzan, déjalo. No tienes porque irte de aquí, yo puedo hablar con él. – el dice
-No es necesario, no vas a lograr nada. Voy a quedarme allí por unos días hasta que situación se calma. – le digo, muy decidida
Necesitaba calmarme un poco y darle un poco de espacio a Itzan.
No necesitaba volver a estar conmigo pero simplemente quería ser su amiga y nada más.
Irme a quedar con Danna fue decisión correcta.
Ella me recibió con mucha felicidad, era como cuando estaba quedando a dormir en su casa mientras estábamos en colegio secundario.
Pero la vida era un poco más difícil de lo que era entonces.
-¿Entonces, estas huyendo de el? – me dice
-No estoy huyendo de nada ni nadie. – digo, tratando a defenderme
-No parece así. – dice
-Joder, Danna. Es imposible estar allí y tratar hablar con él si todo lo que hace es emborracharse y tratarme mal. – le digo
-Está bien, ya te dije que te puedes quedar aquí todo el tiempo necesario. Ya sabes que mis padres van de viejas, nunca están aquí. – dice
-Gracias. – le agradezco
Decidí darme una ducha y dormir un poco, necesitaba mucho sueno.
Sigo teniendo sueños sobre Itzan, al parecer mi mente se estaba jugando conmigo, lo sigo queriendo pero es imposible llevar una relación normal sabiendo cuánto daño le había hecho.
Además, el también tiene el plan de olvidarse de mi así que debo olvidarme de esa posibilidad de volver a estar entre su brazos.
En cuanto me desperté notaba que Danna estaba haciendo unos cocteles, sabía perfectamente lo que necesitaba.
-¿Lograste dormir un poco? – me pregunta
-Claro. – le digo, sonriendo
-Esto es para ti. – dice, dándome una Margarita
-Joder, que podría quedarme aquí para siempre. – le digo
Nos sentábamos en cama, bebiendo.
-Ya verás que en dos días te vas a olvidar de que Itzan existió. – dice
-No digas eso. – le digo
A pesar de todo, yo no estaba enojada con Itzan, el estaba enojado conmigo, yo solamente tenía fe de que ese enojo podría pasarle pronto.
-De verdad que no entiendo lo que ves en el. Digo, es muy guapo, es atractivo, tiene esos ojos marrones que seducen, debe ser que dice cosas lindas y todo. Pero, de verdad, honey, es demasiado complicado. – dice
Yo sonrió.
-Además, te está haciendo demasiado daño por no querer escucharte. – dice
-El no tiene culpa de nada, yo mismo hice todo esto. – digo, triste
-Ya vuelvo. – dice, levantándose para tomar más tragos
Yo me estaba poniendo más triste, lo extrañaba, al menos hablar con él.
Tomaba mi móvil, las bebidas aun no han llego hasta mi cerebro, entraba en perfil de Instagram de Itzan.
Estaba viendo sus fotos, estaba tan guapo, se estaba sonriendo.
Esas fotos me hicieron sonreír y sentirme un poco mejor.
-¿De verdad piensas mirar eso toda la noche? – dice Danna quien acaba de regresar con dos cocteles mas
-Son fotos, nada más. – digo
Danna deja cocteles en mesa y sienta a mi lado.
-Estas sufriendo demasiado con tal solo viéndolas. – dice
-Tienes razón. – le digo, dejando mi móvil al lado
-Lo que tú tienes que hacer es buscar un novio. – dice
-No tengo ánimo para eso. Mi vida se está poniendo aun más complicada, hasta que resuelvo todo con Itzan no quiero pensar en esas cosas. – digo, bebiendo mi coctel
Itzan estaba poniendo cosas más difíciles, lo que más me dolió es que se estaba destruyendo poco a poco por mi culpa y no podía ayudarle porque él no se dejaba ayudar por mí.
Esperaba que eso no se convierta en nada grave y que pronto vuelva a ser ese Itzan que estaba conmigo todo este tiempo.