Itzan Escamilla
Pocos dias despues logre olvidar todo el asunto de mi padre, era el dia de cumpleanos de Ester y queria regalarle algo especial.
-¿Miguel, tu quieres ir conmigo a comprar algo para cumpleaños de Ester? – le pregunte al ver que ya estaba despierto
-¿Hoy? Es que no voy a poder, de verdad. – me dice
-Está bien, le pregunto a Pol. – le digo
-¿Hoy es su cumpleaños? – pregunta
-Si, quiero comprar algo que le va a gustar de verdad. – le digo
-Eso es fácil. – dice
Miguel sabia mas de esas cosas porque él ha tenido novias y yo no, a María jamás le compraba regalos caros y especiales por que éramos niños y ella tampoco quería esas cosas así que eso no fue nada especial.
-¿Y si no le gusta? – le pregunto, nervioso
-Le va gustar, ella no está contigo por dinero o regalos. – dice
Tenía razón, por ahora no tenía esa sensación que estuviera conmigo por otra cosa como mi padre decía. Yo era caso perdido antes de conocerla y ahora me siento mucho mejor y capaz de hacer cualquier cosa por mujer que amo.
Al terminar hablando con Miguel, volví a habitación, notaba que Ester sigue dormida.
Estaba dormida boca abajo, así que decidí meterme en cama y despertarla con besos en su espalda.
Notaba que se estaba despertando.
-Joder, que quiero despertar así todos los días. – me dice
Poco a poco llegaba hasta el cuello de Ester, dándole pequeños besos, lo suficiente para despertarla.
Ella se levanto, dándome un beso en mejilla.
-Feliz cumpleaños. – le digo, sonriéndome
-¿Y mi regalo? ¿No me digas que esto era mi regalo? – dice, bromeándose
-No, el regalo lo vas a tener esta noche. – le digo
-No puedo esperar tanto. – me dice, poniendo mano sobre mi pecho
-Espero que valga la pena la espera. – le digo
-Pero, al menos podrías darme otro regalo ahora. – me dice, con ojos seductores
Sabia de lo que hablaba y era su cumpleaños así que tenía que hacer lo que ella quiere, no quería que tenga un cumpleaños de mierda, como yo. Yo odiaba mi cumpleaños, quizás es porque mi padre siempre llegaba a casa borracho mientras mis amigos estaban allí hasta que un día decidí celebrarlo en casa de Pol.
-Como tú dices. – le digo
Ella vuelve a acostarse en cama, yo empiezo besarla mientras quito las sabanas para poder verla mejor.
Estaba besando su cuerpo, primero los pechos, podía sentir sus dedos en mi pelo, me gusto ese sentimiento.
Notaba que ella se dejaba llevar por mí, cierro los ojos, tenía ganas de gemir y gritar pero no queríamos que todo el mundo nos oye, no éramos así.
Sigo besando su cuerpo, cuando llega hasta abajo, le quito las bragas con cuidado.
-Joder. – ella suspira
Empiezo besar el parte más íntimo de su cuerpo, veía como su respiración estaba subiendo más y mas.
Me dio mucho gusto que podía hacerla sentir así, tenía ese sentimiento de que quiero estar con ella por el resto de mi vida.