Itzan Escamilla
Seguía en estado de shock al oír lo que mi madre me contaba. Ester estaba a mi lado, le notaba muy preocupada.
-Itzan. – me dice
-Estoy bien. – le digo
-No estás bien. – dice, poniendo mano sobre mi espalda
Me sentía más tranquilo al sentir su mano.
-Es normal estar triste. – me dice
-No estoy triste, estoy sorprendido, nada más. – digo, muy enojado
-Itzan, eres humano, debías estar triste. – me dice, dándome un abrazo
-Mi padre va morir. – comento
Mientras me estaba dando el apoyo que necesitaba, tenía muchas ganas de llorar. A pesar de todo, sigue siendo mi padre, no lo quiero en mi vida pero tampoco quiero perderlo.
Me extrañaría como sigue estando vivo al seguir viviendo de misma manera desde que empiezo usar bebida.
-Yo estoy aquí. – me dice Ester
-¿Sigo enojado con él, lo sabes? – digo
-¿Quieres ir a verlo? – me pregunta al moverse a otro lado
No sabía que responder a esa pregunta, en misma vez quería verlo pero también no quería ver su cara de nuevo después de lo que paso ese día.
Antes de que pueda contestar a su pregunta, Miguel entraba.
-Olvide mi móvil. – el dice
Miguel notaba algo raro con nosotros.
-¿Y a ustedes que les pasa? – pregunta
-Mi padre se está muriendo. – le digo
Miguel queda muy sorprendido, podía notar lastima en sus ojos pero el mejor que nadie sabe qué vida me toco vivir con ese padre.
-Quiero ir al hospital – le digo a Ester
-Vamos contigo. – me dice Ester, tan preocupada
-No, quiero ir solo. – le digo, muy decidido
-De ninguna manera, Itzan. – me dice, poniendo manos sobre mi cara
Cuando me miraba con esos ojos tenía ganas de estar con ella, sentir su abrazo y su labios sobre mi labios.
Al fin acepte dejarla ir conmigo, Miguel decidió venir después.
Ester y yo estábamos sentados frente habitación donde se encontraba mi padre, mi madre estaba adentro, hablando con él.
Yo estaba muy nervioso, cuando tenía 14 años siempre pensaba que ese día iba llegar pronto por su autodestrucción pero al parecer estaba un poco equivocado.
-Joder, Itzan. Lo siento mucho. – me dice Ester, poniendo cabeza sobre mi cuello
-No puedo entrar allí. – le digo, sincero
Ester levanta su cabeza, mirándome.
-Va ser por cinco minutos, nada más. – dice
-Ese hombre destruyo mi vida, me sentía tan mal toda la vida. Y ahora se va morir, que mierda. – le digo
Estaba casi llorando, el hombre que mas odiaba en mundo iba morir muy pronto, al menos eso fue lo que dijeron doctores.
-Tú no eres como el por eso sientes esta tristeza. Tienes que entrar a verlo y hablar con él antes de que sea demasiado tarde. No tienes que perdonarle nada y no tienes que volver aquí, pero si no entras ahora te vas arrepentir. – me dice
Ella tenía razón, siempre tenía razón.
Ester pone manos sobre mi cara, mirándome a los ojos que estaban llenos de lagrimas.
-¿Vas a estar aquí? – le pregunto
-No voy a ningún lado, aquí te espero. – me dice
Le doy un beso en mejilla y entro en la habitación.
Mi madre estaba mirando por la ventana, con brazos cruzados. No se veía nada bien, podía notarlo.
-Hola. – le digo a mi madre
-No sabía si ibas a llegar. – me dice, acercándose
Mi padre estaba despierto, mirándome.
-Tenía que hacer cosa correcta, al menos para sentirme mejor. – le digo
Ella asienta con cabeza y sale de habitación, dejándonos solos.
-Puedes acercarte, no te va pasar nada. – me dice
Le sigo mirando con mucho rencor y lastima.
-¿Ves a donde llegaste con abuso de alcohol y drogas? – le pregunto
-Yo viví una vida bonita. – dice
-Puedo decir que ganaste el premio de peor padre de mundo. – le digo
-No fue fácil ser tu padre, Itzan. Eres una persona muy difícil a entender, era más fácil pasar tiempo en bar o en la calle. – dice, sincero
-Si, más fácil que ser un buen padre y marido. – le digo
-¿Quieres oír un cuento? – me dice
-No tengo cinco anos y tu nunca has sido bueno en contar historias. – digo, al sentar en silla
-Tu madre y yo empezamos salir en colegio secundario, éramos muy enamorados, éramos felices. Cuando quedo embarazada estaba pensando mucho en qué decisión tomar. No sabía si quería abortar o tenerte y yo no quería presionarla. En cuanto decidió tenerte, nos casábamos, en principio fue una experiencia muy divertida pero pronto me aburría de estar casado. Ella era embarazada y yo no tenía trabajo, así que decidí pasar todo el rato bebiendo y usando drogas. Éramos un poco jóvenes como para tener hijo, tampoco éramos tan mayores pero yo quería vivir otras experiencias. Quería probarlo todo pero la verdadera felicidad encontré en vicios. Ella seguía embarazada y yo por el bar, al principio no sabíamos si ibas a nacer, si todo estaba bien. El doctor pensaba que no tendrías ninguna esperanza, pero tu madre quiso seguir con embarazo. Cuando naciste tenias algunas problemas con respiración y con el tiempo tu estado se mejoraba. – dice
Es primera vez que oigo esa historia y tenía ganas de vomitar al oír cosas que jamás sabia.
-¿Por qué cono me estas contando esto? – le pregunto, enojado
-Necesito que sepas que en algún momento yo era normal, que no fui esa persona que odias. – dice, sincero
-Para mí era imposible vivir en misma casa que tu, me hiciste vida imposible, sentía como si me estuviera agobiando, en algún momento tenía ganas de morir. – le digo la verdad
-Yo se que sigues muy enojado conmigo. – dice muy tranquilo
Yo me levanto de silla, acercándome a él.
-No existe ningún perdón por todo lo que nos has hecho. Sé que existe posibilidad de que podrías morir pronto pero yo no piensa sentir lástima y darte un abrazo para hacerte sentir mejor. La vez anterior me dijiste cosas muy fuertes, cosas que jamás debías decirle a un hijo, nadie merece tener un padre así. Lo peor de todo es que tu ni siquiera estas consciente de lo que hiciste, si hoy mismo te dijeran que no vas a morir, tu estuvieras bebiendo ahora mismo y mandándome a la mierda. – le digo, casi llorando.
-Me conoces perfectamente, al parecer. – me dice
Me quedo mirándole por unos segundos más y hago algo que debía hacer en algún momento, me despido de él para siempre pase lo que pase.
-Adiós, papa. – le digo, saliendo de habitación
Al salir de habitación, no quería llorar pero las lagrimas estaban en mi cara, no podía controlarlo.
Ester se dio cuenta y me dio un abrazo muy grande.
Notaba que Miguel también estaba allí.
Sabía que en algún momento el iba morir y no sabía si eso estuviera pasando ahora o después pero tenía que decirle adiós o no estuviera tranquilo jamás.
![](https://img.wattpad.com/cover/209429532-288-k97176.jpg)