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Ester Expósito

Varios días después salí de hospital, me sentí muy cansada pero feliz de que mi hijo nació.

Danna venía a visitarme, Gorka estaba dormido así que decidimos tomar un café. Itzan no estaba conmigo, se fue a conversar con su profesor.

-Es muy lindo, Ester. – dice Danna

-Si, lo es. – digo

Danna notaba que yo no tenía mucho ánimo para nada, de hecho quería hablar con Itzan sobre algo pero no sabía cómo.

-¿Qué te pasa? – me pregunta, preocupada

-¿Recuerdas ese doctor? ¿El hijo del dueño? – la pregunto

Danna asienta con cabeza.

-Pues, paso algo, llevo días tratando a decirle a Itzan pero no pude. – le confieso

-Me estas asustando. – dice, en voz baja

-Me estaba visitando mucho mientras estaba en hospital, hablábamos mucho pero de un momento a otro me dijo que le gusto. – le digo

-Joder. ¿No paso nada? – me pregunta

-Claro que no, tu sabes muy bien como me siento, cuanto quiero a Itzan. Jamás podría engañarlo, Yon puede ser guapo y todo pero no quiero volver a verlo después de hoy. – digo

-¿Hoy? – pregunta

-Quedamos en vernos, necesito dejarle claro como están las cosas. – digo

Danna pensaba que no fue una buena idea volver a verlo pero no podía dejar las cosas así, necesitaba decirle sinceramente como me siento.

Después de que Itzan volvió, decidió quedarse con bebe.

-¿Cuándo vuelvas? – me pregunta

-Pronto. – le digo, dándole beso en mejilla

-¿A dónde vas? Es que no me dijiste. – dice, confundido

-Voy... a tomar un café con Danna. – miento

-¿Otra vez? Estaba aquí esta mañana. – dice

Me quede callada, no sabía cómo seguir mintiéndole.

-Si, pero quedamos en volver a vernos, la extrañaba mucho mientras estaba en hospital. – miento de nuevo

Itzan se acerca a mí, poniendo mano sobre mi brazo, se estaba sonriendo, dándome un beso en labios.

Me dolió corazón por mentirle, tenía miedo de que eso podría significar que quizás entre Yon y yo existe algo especial, no quería que eso sucede. No entendí porque me sentía así, quería a Itzan, fue imposible creer que me podría gustar otra persona.

Nos encontrábamos en un café cerca de hospital.

-Que bien que llegaste tan rápido. – le digo

-Por ti haría cualquier cosa. – dice, sonriéndose

Tenía una sonrisa muy linda, era galán, seductor, parecía un poco a Itzan, al menos la primera vez que lo conocí en ese club.

-Yon, tenemos que hablar seriamente. – le digo

-Vale. – dice

Me estaba preparando mentalmente para lo que estaba por decirle.

-Ya conociste a Itzan, es el padre de mi hijo, lo quiero, no quiero perderlo. ¿Lo entiendes o no? – pregunto

-El hecho de que sea padre de tu hijo no significa que necesitas estar con él. – dice

-¿No me escuchaste? Lo quiero. – digo, enojada

-Ester, tu eres una mujer muy especial, hermosa, atractiva. Me gustas mucho, haría lo que sea por ti, te lo juro. Lo que yo siento por ti es real y sé que tu también sientes algo. – dice, muy seguro de sí mismo

-Tu no sabes nada. – le digo, frustrada

-Deja de hacerte tonta, los sentimientos cambian. Itzan no es el tipo que te merece, además parece violento. – dice

-No lo conoces, no sabes todo lo que le paso, su vida nunca fue fácil. – digo, recordándome

-Ester. – dice mientras tomaba mi mano

-¿Qué? – digo

-¿Te gusto? – pregunta

-No te voy a mentir, eres guapo, conectamos bien pero eso no es amor. – digo, aclarándolo

-Ya, es que tú no quieres confesar que te gusto, eso es lo que pasa. Mira, yo siempre voy a estar aquí, te espero cuando te das cuenta que Itzan no te merece. – dice

Pase todo el día caminando por calles de Madrid, podría ser cierto que me gustaba Yon pero lo que yo siento por Itzan es algo que jamás voy a sentir por otra persona, jamás podría echar a basura todo por lo que pasábamos juntos.

Al llegar a casa, lo vi sentado en mesa en cocina, parecía dormido. Yo me acercaba a él, poniendo mano sobre su pelo.

-Itzan. – le digo en voz baja

El se despertaba, se levantaba.

-Hace hora que se durmió de nuevo. ¿Dónde estabas todo el día? – pregunta

El se levantaba, se acercaba a mí.

-Con Danna. ¿Por qué? – digo, defensiva

-Es que te extrañaba mucho. – me dice, besándome

-Yo también. – le digo, abrazándolo

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