Itzan Escamilla
Todo lo que me decía Ester fue un golpe en cabeza que ya me dolía demasiado.
-Soy un imbécil. – pensaba
Necesitaba algo para poder olvidarme de todo lo que pasado, mi padre murió de repente y Ester rechazaba mi propuesta de matrimonio.
No sé porque sentía tanto dolor, ni siquiera sabía que estaba preparado para ese paso en nuestra relación. Debíamos hablar y arreglar las cosas que nos estaban alejando uno del otro y al fin yo decidí comprar anillo.
Lo peor de todo es que me había visto en ese estado crítico, tomaba muchos tragos de tequila, luego cerveza y después de eso me hace difícil recordar realmente.
Paso solamente una vez y ya, jure a mi mismo que no iba volver a pasar.
Al ducharme y dormir un poco lograba pensar bien sobre lo que estaba haciendo.
Ester se fue a ver Danna y entiendo porque lo hizo, nadie podría estar cerca de mí en este estado.
Al ponerme bien, cambiar ropa, tomar café y comer algo me fui a casa de Danna, para buscar Ester.
Tomaba un taxi y en cuanto me encontraba frente su casa me ponía más nervioso.
No sabia que decirle a Ester en estas alturas, me pase un poco, un perdón no significa nada por mi parte.
Danna fue la abrió las puertas, me estaba mirando, analizándome, debe ser que Ester ya le contaba todo lo que sucedió.
-¿Esta aquí? – pregunto
Danna queda callada, me deja entrar.
Al ver a Ester sentada en cama me acercaba a ella.
Notaba que se sentía un poco incomoda, rara, debe ser que no quería verme.
-¿Podemos hablar? – pregunto a Ester
-Yo ya vengo. – dice Danna al irse a cocina
Ester seguía callada, yo sentaba a su lado.
Estábamos callados, la estaba mirando en la cara, quería entender cómo se sentía en ese momento sin tener que preguntarle mil de veces.
-¿Qué? – dice, con tono más alto
-No sé qué decirte, de verdad. – digo
-¿No crees que te pasaste un poco esta vez? ¿Quieres morir o qué? – dice, preocupada
-No, tienes razón. Menos mal que tú tienes más consciencia que yo, por eso te quiero. – le digo
-No me digas eso, Itzan. – dice, un poco dolida
La tomaba por mano.
-Se que estaba sin control pero te juro que no va volver a pasar. – digo, asegurándole
Quería hacerme cargo de que iba cumplir mi promesa.
-Da igual. – dice
-¿Te pasa algo? – pregunto, confundido
-Me pasan muchas cosas, tengo miedo de hacerte daño. – dice
-¿Por qué me ibas hacer daño? Tu eres incapaz de hacerme sufrir.- digo, acercándome a ella
-Quiero irme de aquí, quiero estar contigo. – dice
Veía dolor en sus ojos, no sabía porque, no entendía a que se refiere con eso de que tiene miedo de hacerme sufrir. Yo no estaba sufriendo a su lado, era feliz.
