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Ester Exposito

Sentía culpa por haberle presionado a Itzan a decir todo lo que paso, pensaba que Claudia merece saber la verdad pero creo que le hice bastante daño con eso. Itzan parecía deprimido, estaba en su cama, revisaba el móvil cada minuto.

No sabía cómo ayudarle, quizás el ni siquiera quería mi ayuda, al fin yo tengo la culpa de que él se siente así.

-Itzan, debes comer algo. – le digo al entrar en su habitación

-No quiero. – dice, con voz ronca

Me acerco a él, siento a su lado.

-Te va llamar, tarde o temprano. – le aseguro

El seguía callado.

Le quitaba las sabanas, era la única forma de al menos tratar hacerlo levantarse.

-Déjame dormir. – casi grita

-Lo siento mucho pero la vida sigue con o sin ella. – le digo

El da vuelta, mirándome.

-La engañe, sabía que esto iba ocurrir pero soy un imbécil. – dice, sin esperanza

-Si de verdad te quiere te perdonara, dale tiempo. – le digo

-¿Acaso tu perdonarías un engaño? – me pregunta

-No lo es, de verdad. Es difícil decir, pero si es alguien que te quiere de verdad y que cometió pequeño error quizás todo puede ser olvidado. – le digo

Estaba pensando mucho en eso, jamás entendí como Álvaro podía perdonarlo todo pero al parecer me quería suficiente como para hacerlo. Yo también lo haría si se trata de alguien quien quiero con todas mis fuerzas.

-Déjame solo, por favor. – dice

-No, tienes que comer algo. – le ordeno

-Que pesada eres. – dice, de mal humor

-Te espero en cocina. – le digo y salgo de su habitación

Me dolía verlo así, lo quería y no podía soportar que está sufriendo por alguien.

Pocos minutos después estábamos desayunando en silencio.

Tenía varias llamadas perdidas, pensaba que era Danna pero era un número desconocido.

Recibí un mensaje por parte de esa persona, quería encontrarse conmigo, decidí guardar ese número y al ver la foto me di cuenta que se trata de Sara.

-¿Todo bien? – pregunta Itzan

-¿Qué? – le digo

-¿Estás bien? – me pregunta

-Si, alguien me estaba llamando y no vi hasta ahora. – digo, tratando a no decirle todo

-¿Quién? – me pregunta

Itzan era demasiado curioso, no sabía cómo mentirle sin que se da cuenta.

-Una amiga de universidad. – le miento

El asienta con cabeza y sigue comiendo.

-¿Te sientes mejor? – le pregunto

-Un poco. – dice

-Voy a tener que salir un rato. – le informo

-Vale. – dice

No sabía si podría dejarlo así, estaba bastante triste, se notaba en su cara, ojala todo podría funcionar entre él y Claudia.

Decidí encontrarme con Sara en un café lejos de edificio, no quería que Itzan me encuentra con ella.

Sabia como se sentía, jamás tenía un interés en ella y quería evitar que Sara causa más problemas y mucho menos ahora.

-Hola. – le saludo al sentarme por la mesa

-Hola, Ester. – dice

-¿Qué querías? – la pregunto

-¿Cómo está Itzan? – me pregunta

-Me llamaste solamente para hablar de él, al parecer. – comento

-Me importa mucho y desde hace tiempo que ha dejado de contestar mis llamadas y mensajes. – dice, desesperada

-Itzan tiene otras cosas en las que pensar. – le digo

-¿Crees que podría lograr a conquistarlo? – me pregunta

Esa conversación se estaba poniendo cada segundo peor.

-¿Perdón? – le digo

-Se que en el fondo le importo pero él es una persona difícil de seducir. – dice

-A Itzan no le importas. – le digo, sincera

-¿Y tu si? – pregunta

Sara me caía mal, no era como Claudia, fue obsesionada con Itzan, no lo quería de verdad, no podía ver nada más que su lado atractivo, no sabía quererlo de verdad y eso me molestaba.

-No puedes presionar a alguien para que te quiera. – le digo

-¿Acaso tu no hiciste la misma cosa? – me pregunta

-No, mi situación es muy diferente. – le aclaro, casi gritando

-Ya, pues veo que te encuentras en mismo estado que yo, no veo que estas con él, eso debe ser porque no te había perdonado. – comenta

-Mi relación con Itzan no es asunto tuyo. – le digo

-Pensaba que podrías ayudarme pero me equivoco, jamás te caía bien. – dice

-Tú no eres la mejor persona para Itzan, te lo digo enserio, no le gustas y debías aceptar eso. – le digo

-Ya veo que está pasando. – dice, con una sonrisa

-¿Qué? – le digo

-Estas celosa, tú no puedes estar con él y por eso no quieres que nadie más lo tiene. – dice

-Estás loca, el tiene novia y por eso es mejor alejarte de él. – le digo, bastante seria

-Adiós, Ester. – dice, levantándose y saliendo del café

Yo no tenía otra opción que decirle como están las cosas, Itzan estaba bastante triste y dolido como para tener a Sara a su lado, yo sabía que jamás la quería, solamente no quería decirle nada porque eso le molestaría aun más porque ya tenía suficiente problemas en vida.

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