Itzan Escamilla
Ester seguía en hospital, sabía que su estado no era tan critico así que decidí irme a universidad, terminar lo que tenía que hacer y regresar.
Al camino allí me encontré con Eva.
-¿Cómo está tu novia? – me pregunta mientras tomábamos café
-Mejor, creo que va salir pronto de hospital, le estaban haciendo unas análisis. – digo
Mi amistad con Eva fue algo muy lindo, por fin encontré a una persona femenina que puede ser mi amiga de verdad sin ninguna tensión o algo, aparte de Danna.
-Me alegro por ti. – dice
-¿Cómo estas tu? – la pregunto
-Ayer salí con un tipo que conocí en Tinder. – comenta
-Joder, no sabía que estas usando eso. – digo, bromeándome
Yo también sabia usarlo cuando quise olvidarme de Ester pero fue imposible, por supuesto.
-Un poco pero fue fatal, yo tendría que pagar la cena y además no hablábamos mucho. – dice
-Déjate de esas cosas, que no funciona, créeme. – le digo
-Lo sé pero no encuentro otra manera de encontrar a alguien. – dice
-Es una mentira, eres una tía muy atractiva, encontraras a alguien. – le digo
Ella se sonríe, sentía alivia al oír algo así.
-Eres demasiado lindo o un buen mentiroso. – dice, riéndose
El tiempo pasaba más rápido, en cuanto termino todo lo que tenía que hacer me fui de vuelta al hospital.
Me estaba acercando a habitación donde estaba Ester y vi a Yon saliendo de allí.
-Hola. – le digo
Ese tipo me dio ganas de pegarle o gritarle, es la segunda vez que lo veo salir de allí, no entendí que hacia adentro, debía haberse dado cuenta que Ester no es soltera, me tiene a mí y jamás vamos a separarnos, pase lo que pase, al menos quería creer en eso.
-Buenos días. – me dice de manera formal
-¿Qué hacías adentro? – pregunto de inmediato
Estaba lleno de celos, parecía como si ese tal Yon quería estar con ella pero yo no pensaba permitirlo.
-Debías tener cuidado como me hablas. – dice, acercándose a mi
-¿Por qué? Le agradezco mucho a tu padre por todo lo que hico, tú no tienes nada que ver. – le digo
-No hagas que te saco de aquí a fuerzas por tu manera de hablarme. – dice, amenazándome
-Te gusta Ester. – digo, dándome cuenta aun mas
El queda callado, era frio y bien calculado.
-No me gusta, me encanta, sinceramente. – dice, con una sonrisa
-Aléjate de ella, es mi novia, vamos a casarnos algún día ya que tenemos un hijo. No es soltera, se que te diste cuenta de eso, así que mantenga té alejado. – le digo, capaz de golpearlo
-¿Quién eres tú para decirme que debo hacer? Si te pones de esta manera es porque tienes miedo de perderla porque existe posibilidad de que eso pasa. – dice, alejándose
Entraba en habitación y me ponía muy alegre al ver a Ester, me acercaba a ella.
-¿Cómo estás? – pregunto
Le tomaba por mano, dándole un beso en mejilla.
-Genial. – contesta, sonriéndose
-¿Qué te dijo doctor? – la pregunto, ignorando el hecho de que vi a Yon salir de esa habitación y el enfrentamiento que tuvimos
-¿Puedes irte a casa? – pregunto
-Si, mañana. Hay una cosa que quería decirte, es que tenemos que ponerle el nombre. – dice
-Me gustaría que se llama Gorka. – digo
-¿Gorka? Me parece bien. – dice
-Tenia un amigo que se llamaba así. – digo, recordándome
-¿Dónde está ahora? – me pregunta
-Murió de una sobredosis. – digo
Era un buen amigo, lamentablemente no sabía dejar de usar esa porquería, el hecho de que murió roto mi corazón, lo conocía desde que éramos bebes, prácticamente. Nuestras madres eran vecinas y nosotros éramos amigos, cuando murió su madre se fue a Málaga.
Nadie pudo evitar lo que le paso, fue inevitable, paso lo que paso pero la vida sigue. Hay gente que perdemos y ganamos en este camino, hay que aprender a vivir con eso.
