Ester Exposito
Itzan y yo estábamos frente a frente, llego el momento de decir la verdad, no tenia donde huir.
-¿No piensas decir nada? – pregunta
-Itzan, no es lo que parece. – digo
-¿Y como parece? – dice
Itzan estaba bastante enojado, lo notaba en sus ojos.
-Yo te quiero. – le digo
-Si, claro, mientras sigue la apuesta me quieres. – dice
-No entiendes. Todo fue juego al principio, hicimos apuesta pero pronto me enamore de ti. – digo
Trataba a acercarme a el pero él no me daba.
-No te creo nada. – me dice
Imaginaba que iba decir algo así, al fin yo le hice mucho daño, es normal que no me crea nada más.
-Después de engañar a Álvaro contigo estaba muy mal, el se fue y yo estaba triste. Así que quería hacerte sufrir porque yo estaba sufriendo. Te culpaba por todo lo que pasaba, es por eso que decidí jugar contigo. – le explico
-Que bien, al parecer yo tengo culpa de todo lo que pasa aquí. ¿Qué mierda te pasa por la cabeza? No fue culpa mia,fue culpa de los dos pero yo no decidí seducirte y hacerte sufrir porque fue cosa de los dos. – me dice
-No sabes cómo lo siento. – digo
-No, no lo sé, ya no sé nada. – dice, aun dolido
Quería llorar, caer en ese suelo y quedar allí por días.
-Yo te amo. – le digo, poniendo mano sobre su mejilla
Itzan trata mirar a todos lados menos en mis ojos, es como si tuviera miedo de que va volver a sufrir.
-No estoy jugando, te amo. – le digo
El da un paso atrás, mirándome.
-¿De verdad vas a decir que me amas después de todo? Joder, eres mejor actriz de lo que pensaba hace un minuto. Debe ser que de verdad quieres ganar esa apuesta ya que sigues diciéndome que me amas. – dice
Mis ojos eran llenos de lagrimas, no creo que podrá convencerle de que lo amaba de verdad, no existe manera.
-Se que es difícil convencerte de mis sentimientos pero debes confiar en mis palabras. – digo
-Joder, deja ya fingir. Tu no sientes nada por mí, si lo hubieras sentido me hubieras dicho la verdad desde hace tiempo. – dice
-Yo quería pero no pude. – confieso
-Mira, su lo hubieras hecho de esa manera tal vez te podría creer. Pero al enterarme de esta manera entiendo que jamás me quisiste y voy a conseguir borrarte de mi puta cabeza para siempre. – dice
Quería pensar que lo dijo porque estaba dolido pero tenía miedo de que estaba hablando muy serio.
-No digas eso, me hace mucho daño. – digo, casi llorando
-No te creo. Álvaro quizás podría hacerte daño porque hiciste todo esto por él, pero yo no creo que podrá. Al fin de cuentas, lo amas a él y lograste hacerme sufrir. – dice, levantando su voz
-No sabes lo que dices. – le digo
-¡Deja de mentir ya! – grita
-Esos sentimientos no se pueden fingir, Itzan. – le digo, mirándole en los ojos
-¿Por qué sigues con esto si sabes que no voy a creerte nada? – dice
-Porque te quiero, lo voy a decir cuántas veces sean necesarias hasta que decidas creerme. Además, Miguel lo sabía también. ¿Por qué no le preguntas como me siento? El sabe perfectamente porque no logre decirte la verdad, el sabe cómo me siento. – le digo
-Pues, muy bien, otra persona que me decepciono. Joder, que idiota, yo quería pedirte el matrimonio. – dice
-Tienes que mirarme a los ojos y creerme. – le digo, con poca esperanza
Itzan se acerca a mí, mirándome en los ojos.
-Vete a la mierda y deja de jugar con otras personas porque cuando hagas daño a alguien tu terminas en esa posición también. Karma es real, Ester. Ojala te das cuenta que has hecho, al menos entenderlo porque yo no pienso seguir hablando contigo, te quiero lejos de mi. – dice, saliendo de habitación
Yo no podía respirar, estaba llorando, sentía como si una parte de mi acaba de morir.
Esas palabras me dolieron más que un cuchillo en cuerpo.
Tenía que salir de allí, me fui en casa de Danna ya que no podía seguir en ese lugar sabiendo cuanto me odiaba en ese momento.
-Me odia. – le digo
Danna me dio un té para tranquilizarme.
-Sabias que así reaccionara, Ester. ¿Qué otra cosa debiste esperar de el? – dice
-Pensaba que me iba entender, que me quiere y que va lograr ver como están las cosas. – digo
-Tomate este te, necesitas calmarte antes de regresar allí. – dice
-Creo que voy a necesitar algo más fuerte. – digo, con tristeza
-Esto es el peor momento para beber, estas triste, es normal. – dice
-Joder, jamás me va perdonar. Me dijo tantas cosas que creo que será imposible volver a ganar su confianza como amigo y mucho menos como novio. – digo
-Bueno, al menos ganaste apuesta. – dice
No podía creer que estaba diciendo eso en un momento tan serio.
-No me importa esa maldita apuesta, a mi lo único que me importa es Itzan. – digo
-Necesitas darle tiempo. – dice, tratando a hacerme sentir mejor
Quizás tenía razón, debía darle tiempo para procesarlo todo y quizás podría lograr a ver la verdad aunque sé que en el fondo cree en mis palabras pero su puto orgullo no le deja en paz.
Al llegar en apartamento estaba muy tarde, no esperaba ver Itzan despierto, quería hablar con él pero no sé como acercarme después de todo.
Al entrar encontraba a Itzan sentado en sofá, bebiendo. A su lado estaban vacías botellas de cerveza.
El estaba bebiendo vodka.
Tan solo verle así me dio miedo, se estaba destruyendo por mi culpa.
-Itzan. – le digo
El me miraba pero no quería decir nada, estaba bastante borracho, quizás mas que vez anterior.
-Deja de beber, me duele verte así. – le digo, acercándome
-Joder, que tú no puedes dejar de mentir. – dice
-Tenemos que hablar. – le digo
Itzan seguía bebiendo, tenia plan en cabeza y ese era beberlo todo, me dolió el corazón saber que lo estaba haciendo por mi culpa.
-¿De qué? ¿Qué mas podrías contarme? Yo te necesitaba, te quería pero viéndote ahora mismo me hace mucho daño. Aun más me duele el hecho de que siempre voy a recordar lo que hiciste, que me utilizaste y eso me hace tanto daño. – dice, con ojos llenos de lagrimas
-No es así, no te quiero hacer daño. Quiero que me escuches y entiendes que estoy muy sincera contigo. No te puedo perder, eres muy importante para mí. – le digo
Itzan se levanta, tomando su botella de vodka, acercándose a mí.
-Déjame en paz de una buena vez. – casi grita
-Porque tratas a alejarme de ti si sabes muy bien que nosotros no podemos estar distanciados. Me quieres y yo te quiero a ti. Cada vez que hicimos el amor pude sentir ese sentimiento de no querer estar sin ti. – digo, mirándole a los ojos
-Después de enterarme de apuesta, debo decirte que dejas de decir tonterías porque estábamos follando, no hicimos el amor. – dice, muy enojado
Entendí porque lo dijo pero de todos modos me dolió que sigue desconfiado y que piensa que solamente estaba con el por ganar maldita apuesta
Este camino de tratar a ganar su perdón sería muy difícil pero soy capaz de todo por él.
