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Ester Exposito

Me estaba aburriendo en mi habitación, por eso decidí irme a tomar algo para comer en cocina.

En cuanto me estaba acercando vi algo que totalmente hizo que mi cerebro explota, era Álvaro, el mismo Álvaro que se fue a Londres y mismo Álvaro quien jamás debí engañar de esa manera.

-Álvaro. – suspiro

Álvaro estaba sentado por la mesa pero estaba solo y eso fue raro, por un momento pensé que estaba soñando.

-¿Cómo es posible que estas aquí? – le pregunto

El se levanta, dándome un abrazo.

-Oye, no tenían otro vino... - escuche voz de Itzan quien estaba entrando en apartamento, viéndonos abrazados

Fue un momento bastante incomodo.

-No importa, es bastante bueno. – dice Álvaro

Yo tenía miedo a enfrentarme a Itzan y dar vuelta, no quería verlo porque sentía sus ojos en mi.

-Mejor los dejos solos. – dice Itzan

-No, por supuesto que no, vuelvo mañana probablemente así que quiero compartir esta noche con dos personas más importantes de mi mundo. – dice

-En serio, Álvaro, es una situación incómoda. – dice Itzan

Yo doy vuelta, yo también pensaba lo mismo pero el idiota de Itzan se atrevió a decirlo frente Álvaro.

-¿Incomoda? – digo

-No sé. ¿Cómo te sientes tu? – pregunta Itzan

-¿Qué les pasa? – dice Álvaro, tomando botella de vino de Itzan

-Me voy, nos vemos luego. – dice Itzan, saliendo

Sentía alivio de que estábamos solos.

-Dame esa botella. – le digo a Álvaro, tomándole de las manos

-Ester, aquí está pasando algo. – comenta

Yo abría el vino.

-¿A qué te refieres? – digo

-Itzan no es así. – dice

-¿Y cómo es? ¿Alguna vez has pensado que quizás ni siquiera lo conoces tan bien como crees? – digo

Estaba muy enojada y furiosa por todas las cosas que habían pasado últimamente, primero nos enrollamos dos veces y luego Iván casi me viola... y ahora el regreso de Álvaro.

-Lo conozco muy bien. – contesta

Yo no podía esperar más, empezaba beber vino sin compartirlo con él.

-Deja esa botella, por favor. – dice, tomándola de mis manos

-Tu amigo es un idiota, eso es lo que pasa. – casi grito

-Explícate. – dice

-Nos enrollamos... un poco. – digo

-¿Un poco? – pregunta

-Mucho. – digo, pensándolo bien

-Sabia que eso iba a pasar. – dice

-Es complicado. – trato a explicar

-¿Es complicado seguir enrollándote con única persona que usaste para engañarme aun que fue sin querer? – dice

Oírlo decir de esa manera parecía fatal porque jamás quise engañarle y no usaba a Itzan en ese momento.

-Quise hacerle daño porque estaba triste, tú te fuiste y me dejaste sola. – digo, con ojos llenos de lagrimas

Álvaro me estaba escuchando, estaba bastante sorprendido pero también calmado.

-Quise enamorarlo para que se siente tan triste como yo, ese era el plan. – digo

-¿Pero te enamoraste de el de verdad y el de ti? – pregunta

-Si. – contesto, sincera

-¿Por qué me engañaste con él? – pregunta

-¿Cómo? – digo

-Pues, no sé, de todas personas en este mundo tú eliges a mi mejor amigo, de verdad que no entiendo. – dice, alterado

-Álvaro, no puedo seguir pidiéndote perdón por eso, no sabes cómo lo siento. – digo, casi llorando

-¿Y qué paso con ustedes dos? Supongo que se entero porque se comporta así. – dice

-Si. Sigue siendo muy difícil explicarle como me sentía mientras trataba a lograr cumplir con mi objetivo porque él no quiere escucharme, parece que podríamos ser amigos. Jamás debí engañarte, tu eres muy buena persona, contigo todo es fácil y con él es difícil. – digo

-¿Qué es lo que te hace sentir así? – pregunta

-Itzan me hace mucho daño, estar cerca de él me hace daño, incluso cuando estábamos bien o cuando yo pensaba que todo estaba bien no lo fue. Itzan lleva teniendo tantas problemas y yo jamás podría ayudarle con eso, lo único que nosotros podemos tener es una relación toxica y yo estoy harta de eso. – digo, llorando

-Lamento mucho por no estar aquí cuando su padre murió. – comenta

-Te quiero mucho, Álvaro. – le digo

-Esas palabras no van a cambiar nada para ti, lo sabes bien. – dice

-Ojala todo podría volver a ser como antes. – digo

-Ester, yo también te quiero. – me dice

Yo levantaba mi cabeza, nos estábamos mirando en los ojos.

Tenía tantas ganas de darle un beso, no sabía porque estaba corriendo tras alguien tan toxico y difícil como Itzan cuando siempre tenía a una persona tan positiva y simple frente mi.

La única cosa que me detuvo fue llegada de Itzan.

El notaba que estaba pasando pero eso no cambio su cara.

-¿Siguen aquí? – dice

-Itzan, ven, podemos hablar de esto. – le dice Álvaro

-No quiero hablar de nada. – dice

-Es eso de lo que te estoy hablando. – comento a Álvaro

-¿Cómo? – pregunta Itzan, acercándose a mi

-Lo que escuchaste, eres muy toxico. – le digo

-Lo sé, lo llevas pensando desde el día que me conociste y lo llevas diciendo desde que dejamos de estar juntos. Puede ser que yo sea toxico pero tú eres la causante de todo lo que nos pasa y deja de molestarme con esas estupideces si lo único que trato a hacer es ayudarte y estar cerca de ti como esa noche. – dice, alejándose

-¿Qué noche? – me pregunta Álvaro

No podía decirle nada, no tenía valor suficiente para decirle todo lo que me pasaba, va pensar que soy diferente persona de la que conoció y quiso antes.

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