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Ester Expósito

Llegaba el día cuando decidí por fin tener una conversación normal con Itzan, quería dejarle claro como me siento sobre nuestro futuro en Madrid, a pesar de todo me quería, creo que tomara decisión correcta.

-¿Necesitas irte ya? – le pregunto mientras tomábamos café

Gorka seguía dormido, por fin.

-No, puedo llegar más tarde. – dice, con ojos cansados

-Itzan, yo quiero irme a Estados Unidos. – le digo, de repente

Itzan dejaba su café al lado, casi tiraba esa tasa, estaba bastante furioso.

-Pensaba que ya hablábamos de esto, no sigues insistiendo. – dice

-¿Y qué cono quieres, quedarte aquí toda la vida? – le pregunto, enojada

-Baja la voz, bebe podría despertarse. – dice, en voz baja

Me levantaba de mi silla, caminando por esa habitación, pensando, trataba a calmarme pero fue imposible.

-A ver, de verdad que no entiendo porque sigues con este empeño de quedarte aquí, no tenemos nada más que hacer, me estoy aburriendo. – digo, sincera

-¿Te estás aburriendo de nuestra relación o de tu vida aquí? Necesitas aclarármelo, no lo entiendo. – dice, levantándose

-Claro, ahora vas a echarme la culpa a mí. – digo, mas enojada que nunca

-No te estoy echando culpa, solamente quiero hablar con sinceridad y no lo haces. – dice, acercándonos a mi

-Itzan, tengo una gran oportunidad de irme a Nueva York, me dieron una plaza en universidad, trabajaría como profesora de psicología, es todo lo que quise ser. – digo, casi rogándole para que entienda como me siento

-Ya, pero tú no estás pensando en mí, no te importa cómo me siento, lo más importante es que esa oportunidad es única y tú necesitas irte allí, llevando a nuestro hijo que por cierto nació aquí y claro yo pero mi opinión no importa. – dice, enojado, era muy alterado

Jamás teníamos una discusión así, teníamos muchos problemas en pasado pero sabíamos resolverlos de alguna manera en algún momento.

-No estás siendo justo. – digo, con ojos llenos de lagrimas

-¿Yo? Ester, llevo viviendo aquí toda mi vida, este es el ciudad donde viven mis amigos, aquí es donde murió uno de mis mejores amigos, mi padre también, aquí te conocí a ti, conocí el verdadero amor. ¿Por qué tendría que irme de aquí? Amo esta ciudad con toda mi alma, me duele que no lo entiendas. – dice, desesperado

-¿Tu de verdad no piensas irte de aquí nunca? – le pregunto sin rodeos

Necesita oír una respuesta clara para poder pensar que hacer con mi futuro y el futuro de mi hijo también.

-No, yo me quedo aquí, espero que lo tengas muy claro y que dejas de pensar en estas tonterías. – dice, saliendo de casa

No me quedaba de otra que aceptar su decisión, quería llorar pero tampoco quería despertar a Gorka.

Llame a Danna, necesitaba oír su opinión, puede ser que me estaba equivocando.

-¿Te dijo eso? Vaya, pues yo no esperaba otra cosa de el. – comenta Danna

-No sé qué hacer, de verdad. ¿Cómo es posible que se comporta como un niño de repente? – digo, desesperada

-¿Y tú qué piensas hacer? – me pregunta

Yo no sabía respuesta a esa pregunta, puede ser que me pase un poco con Itzan, estaba un poco egoísta, quería utilizar esta oportunidad, ni siquiera pensaba en como él lo iba tomar.

-Quiero irme pero lo quiero demasiado como para hacerle daño. – digo, muy dolida

-Ya, deja de atormentarte por ese, el va darse cuenta de su error y va pedirte perdón. – dice, tratando a consolarme

Itzan fue imperdible, a veces no podía entender que iba hacer siguiente, hace tiempo pensaba que jamás va poder olvidarme el engaño y apuesta pero al fin lo hico porque me quiere de verdad.

Pensaba que quizás va aceptar irse conmigo a Estados Unidos pero su manera de hablar no me da mucha esperanza.

-Quizás tiene razón, ni siquiera le pregunte lo que opina de esto, solamente le dije que quiero irme de aquí.- digo, levantándome

-¿A dónde vas ahora? – me pregunta

-Necesito hablar con él, a la mierda con Nueva York y trabajo, yo quiero estar con él. Debe estar en universidad terminando algunas cosas, voy a verle. ¿Te importa quedar aquí un rato mas, cuidar de Gorka? – le pregunto, tomando mi chaqueta verde y pulsera

-Claro, muchas otras cosas hice por el amor de otros. – dice, bromeándose

-Te debo una. – digo, al salir de inmediatamente

Me sentí feliz, al fin decidí tomar una buena decisión para el bien de todos, quería estar con él donde sea que es, en camino a universidad de Itzan compre su café favorito en un café cerca de casa.

Me estaba sonriendo, tome móvil y le llame varias veces pero él no contestaba, quería creer que estaba ocupado y no enojado.

Al llegar cerca de universidad, vi a Itzan sentado en el café de al lado, pero no estaba sola.

Estaba con esa tal Eva, esa amiga suya aunque yo no creo en ese cuento de que lo mira como un amigo.

Lo que más me molesto fue que ponía mano sobre mejilla de Itzan, acariciándolo, el se estaba sonriendo, ni siquiera le molestaban caricias de otra mujer que no sea yo.

Entendí muy bien que eso significaba, me fui de allí antes de ser testigo de algo más que simple caricia compartida entre los dos, eso solamente confirmo mi decisión de irme.

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