Episodio 34: Todo lo que me quitaste

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Estaba tan molesta con todos ellos que sólo quería estrangularlos uno por uno hasta dejarlos sin vida, pero resulta que son mi familia así que no creo que eso sea posible... por ahora...realmente no puedo creerlo.

-Okey solo diré que se pudra Bella Swan, al igual que cada uno de ustedes se puede ir al carajo.

-No seas dramática-dijo Paul mientras le restaba importancia a la situacion.

-¿Dramática?-dije en un tono sarcástico-mis amigos me querían en París mientras que ustedes se divertían salvando a una simple y asquerosa mortal que era problema de los chupasangre, pero Bella termino traizionandolos.

-No hables de cosas que no sabes-dijo Sam haciendo que me moleste mas de la cuenta.

-Es normal en los Uley lastimar, utilizar y destrozar la vida de las demás personas ¿no es así Sam? es lo mismo que le hiciste a Leah-dije molesta haciendo que todos se sorprendan porque jamás me había hablado a Sam de esa forma y jamás lo había culpado por lo que le hizo a mi amiga hasta ahora.

Salí de la casa demasiado molesta con la vida y me dirigí a la casa de Charlie, hace tiempo que no lo veo y fuimos buenos compañeros en la estación de policía, claro, hasta que desaparecí sin dejar rastro y sin decirle a alguien que me iba a ir de Washington a París.

Llegué a la puerta de la casa de Charlie e iba a tocar el timbre, pero sentí un olor, ese olor que tanto me encantaba antes, pero ahora me da asco...ese jodido olor que si fuera por mi correría lo más lejos de ese lugar para no tener que respiras ese asqueroso olor...y como hice antes con mi hermano camufle mi olor para que no supiera que estaba afuera ya que sabía que estaba con su novia...prepárate.

Agudice mi oído y pude escuchar todo lo que decía con la hija de Charlie...se va a casar con esa tal Bella...se van a casar sólo porque la niña quiere que la muerdan...yo la pudo ayudar en eso, aunque me da asco su sangre, puedo morderla y puede que sin querer me pase de cuánta sangre era necesaria, la mitad o toda, una se puede equivocar hasta el grado de dejarla muerta, pero todos cometemos errores ¿Cierto?

-Vaya Edward ¿no me pensabas invitar a tu boda?-dije en un susurro, pero sabía perfectamente que me escucharía.
-TN-dijo con voz asustada e incrédula a la vez.
-¿Quién es TN, Edward?-pregunto su amada novia dentro de la casa, pero yo podía escucharla y olerla...da asco este olor, tanto el de esa chica como el de Edward.
-Nadie, como te decía los licántropos son inestables. Algunas veces la gente que está cerca de ellos sale lastimada o incluso muerta.

-Pero si fuiste tu quien me lastimo, no yo a ti-dije con una voz fría mientras que disfrutaba escuchar lo que decían.

-Ay Bella realmente desearía no haberme ido, sino no estarías teniendo que consolar a un perro-dijo Edward tratando de ignorar mi voz que resonaba en su cabeza atormentandolo haciendo que disfrute cada segundo.

-¿Acaso alguna vez te lastime?¿Eso piensas de nosotros? Que yo recuerde no me decías que era un perro.
-Sal de mi cabeza!-exclamo molestó Edward a lo que sonreí.
-Como quieras Edward Cullen.
-¿Edward estás bien?-pregunto con un tono alterado en su voz la niña esa...se nota que no ha madurado aún incluso tiene menos dignidad que yo.
-Si, perdón.

El color de tus ojos (Jacob Y Tú)(Crepúsculo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora