Jo jo jo...
Osh quiero osh amo osh adoro.
Rebeca
Luego de por lejos la más perturbadora y extenuante sesión de depilación de mi vida finalmente fui libre para largarme de aquella sala, aunque debía admitir que mi piel se sentía como seda mientras me deslizaba por la ropa, me reí de mí misma recordando como había huido un par de veces de la mujer que solo trataba hacer su trabajo. Busqué a las chicas por el lugar y las encontré en riendo en uno de los salón, estaban todas en los sillones del lugar conversando y disfrutando. En el salón también había camillas de masajes y por las batas de las chicas suponía que estaban esperando por uno.
– La novia ya está aquí – anunció Noe al verme, poniéndose de pie – Te estábamos esperando – se agarró de mi brazo, acercándome al resto.
Pasamos unas dos horas en aquel lugar, siendo mimadas con todas las maravillas que tenía para ofrecer, no negaba que había disfrutado de los masajes y el tratamiento, pero mi cabeza no dejaba de dar vueltas con la idea de haberme quedado solo un poco más en la cama con Eduardo, descansando a su lado.
Nuestra siguiente parada era finalmente donde se realizaría la boda, aquella gigantesca casona que casi podría compararse con una mansión, el mismo lugar donde meses atrás había sido la cena de la empresa, el mismo lugar donde nos habíamos comprometido de verdad.
Noe hizo una breve parada en su casa para recoger a Max, quien ahora era mimado por todo el grupo de mujeres que me acompañaba, desde mi lugar como copiloto mire como Esther le hacía caras a Max mientras este le respondía con gorgojeos y risitas. Bea y Lau se derretían con tanta ternura. De reojos pille a Noe sonreír al ver por el retrovisor como su bebe gozaba de tanta atención. Ver a las chicas disfrutando con Max me llevo años atrás cuando mi par de locas favoritas hacia hasta lo imposible para hacer reír a Tomi cuando este comenzaba con sus mañas.
– No te quiero presionar, pero... a quien engaño – se rio Noe, arrugando su nariz – Espero que estén planeando agrandar la familia – me sonrió antes de agregar – y pronto.
– Lo has manejado bastante bien tu sola – bromee de regreso, no era un secreto que Noe planeaba seguir agrandando la familia.
– Oh vamos, Alex y Tomi han quedado clavados con sus edades, y Max necesitara un primo con quien hacer equipo – su lógica me hizo gracia, Noe siguió intentando convencerme, tenía todo tan planeado pero el golpe final lo dio cuando agrego – sabes que mi madre será peor.
Sabía que no sería la última conversación al respecto, pero al menos estaría a salvo por las siguientes horas. Mi madre nos esperaba en la entrada junto a una mujer, vestida formalmente. Había varias otras camionetas estacionadas con logos de distintos servicios, los decoradores, los encargados de la comida, la pastelería, y hasta un pequeño auto marcado con una cámara fotográfica.
– ¿Fotógrafos? – mire a Noe sorprendida
– Créeme son necesarios, este matrimonio está teniendo su momento de cobertura mediática, y tendremos que entregar fotografías oficiales si no quieres que se filtren un montón de esas desfavorecedoras fotos de paparazzi.
El comentario de Noe hizo que mi cuerpo se tensara por un momento, desde mi paso por el hospital, la prensa había estado mencionándonos continuamente, mucho más luego del escándalo cuando se filtró nuestro supuesto "acuerdo de matrimonio" Eduardo supo manejar esa situación alegando que la información en la que se basaban estaba trucada y la prensa no volvió a mencionar el tema luego que los abogados se comunicaran con ellos. Y aunque habían estado más tranquilos, no habían dejado de observarnos, fue bastante sorprendente descubrirme en la portada de una revista de cotilleo, y luego en otra... pero el golpe más grande vino cuando Tomi también fue parte de las imágenes, especulando respecto a quien era el padre de mi hijo, en que si Tomi era hijo de Eduardo y que lo estaba usando para casarme con él, y en tantas otras cosas que me habían hecho hervir de rabia, estaba lista para lanzarme contra la maldita revista que se le había ocurrido publicar fotos de un menor sin el debido permiso de sus padres, pero entonces Esther me detuvo, ella sabía que si atacaba directamente sufriría las repercusiones directas, en su lugar se contactó con una asociación de padres responsables, de esas que solían levantar campañas cuando los programas de TV se pasaban de la raya con su contenido en horario de menores. En cuanto Esther les presento el caso, la asociación inicio su propia campaña contra la revista, dejando al descubierto que en 70% de publicaciones cuando aparecían menores de edad, estos no contaban con el permiso de sus padres para ser publicados, de más estaba decir que la revista se metió en un buen lio en los tribunales. Pero la prensa no nos dejaría tranquilos tan fácilmente, Bruno y Esther coincidían en que mientras no entregásemos un versión oficial la prensa siempre tendría espacio para especulaciones, Eduardo estaba acostumbrado a la prensa y sus dicho, yo lo sabía cuándo acepte casarme con él, pero... aún no me hacía a la idea de que ahora no solo era él, el foco de atención. Luego de la publicación de esa revista, tuvimos que sentarnos a hablar con Tomi, le explicamos que muchas veces la prensa estaría diciendo cosas de nosotros, y de nuestra familia, pero esto no siempre seria verdad, mi hijo solo nos sonrió y luego saco su celular, mostrándonos pantallazos de artículos y revistas en los que habíamos aparecido.
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Cásate Conmigo
RomanceTodo lo que quiere Eduardo es algo de paz, a pesar de la prensa, los socios de su empresa y su familia. Todo lo que quiere Rebeca es la custodia de su hijo, a pesar de la justicia que la califica como no apta. Los problemas de Eduardo se solucionar...