20. UN PASEO, TU Y YO

50.4K 3K 178
                                    


Eduardo

Rebeca había estado en silencio por un largo tiempo, a decir verdad, apenas si me había hablado mientras manejaba devuelta a la casa de mis padres.

Luego de guardar el regalo de Tomi en el auto, ella insistió en comprar algo para mis padres.

- Si vas a regalarle algo a Tomi, entonces yo también debo comprar algo para tus padres – por un momento había pensado en detenerla, después de todo no era necesario mis padres estaban más que contentos con que ella nos acompañara. Pero lo deje estar.

- Bien, pero no tardes. Debemos volver antes que mis padres con Tomi y la abuela.

- ¿No iras conmigo? – su mirada confundida fue una de las expresiones más tiernas que le había visto.

- No, comprare algo para mi abuela.

- Bien, nos veremos aquí en ... – hizo una pausa para mirar la hora en su celular y calcular el tiempo – 35 minutos. ¿Te parece bien?, eso nos dará unos diez minutos para manejar hasta tu casa y habremos estado afuera por apenas una hora y media.

- El plan perfecto le sonreí – como siempre mi chica tan práctica.

- Bien, 35 minutos no lo olvides – me repitió mientras comenzaba a caminar

- ¿No me das un beso de despedida? – rio como si de un chiste se tratara y luego levanto una mano quitándole importancia.

- Ya quisieras – volvió a reír

Una vez solo me dedique a vagar mirando vitrinas de tiendas, trataba de procesar la información de hace unos momentos "él no solo te tiene cariño, él te quiere como padre" saber que Tomi no era realmente hijo de Rebeca sino adoptado era un gran giro de las cosas

- ¿Cómo no me di cuenta? – murmuré

Ahora que lo sabía me parecía tan evidente, después de todo Tomi no se parece tanto a Rebeca sus ojos son más claros y su pelo más lacio la primera vez que lo vi creí que podían ser rasgos heredados de su padre, pero sus gestos y maromas, su personalidad tiene una similitud tan profunda con la personalidad de Rebeca y eso me distrajo. Ahora sabía que Tomi no conocía a sus verdaderos padres, solo tenía a Rebeca como su madre y nuestro tiempo juntos le llevo a encariñarse conmigo, y verme como una posible figura paterna, y pese a la locura que es todo esto la idea de ser la figura paterna de ese pequeño me agrada realmente más de lo que me hubiese imaginado.

Entonces recordé lo pasado en la estación de servicio cuando Rebeca me dejo con Tomi para ir al baño.

-Porque está enojada – pregunte al ver desaparecer a Rebeca entre tantas personas, por suerte la fila para comprar no estaba igual.

- Dice que debo comer sano, y las papas fritas no lo son – frunció el ceño poniendo una mueca de la misma forma que había visto a Rebeca hacer tantas veces, lo cual me causo gracia.

- Y ¿Cuál es la otra opción? – me agache a su altura para conversar.

- Un plato de comida

- Te propongo algo, compremos comida y hacemos feliz a tu mamá y luego cuando lleguemos donde mis padres le pediré a mi madre que te cocine unas ricas galletas de jengibre como premio, ¿Qué tal? – lo vi pensarlo unos segundos y luego sonreír.

Lo deje encargarse de comprar mientras yo esperaba atento a que Rebeca saliera del baño para hacerle señas de donde estábamos, estaba a unos dos metros de Tomi, lo suficiente para escuchar lo que decía, pero mi vista estaba fija en la entrada al baño por lo que no veía a Tomi directamente.

Cásate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora