39. FELIZ CUMPLEAÑOS, HIJO.

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Rebeca



- Vamos hijo - grite animando a mi pequeño. Tomi corría con la pelota hacia el arco seguido de dos chicos, apunto de taparle el camino,

- Estoy libre - le grito Eduardo, posicionándose cerca listo para un pase. Tomi hizo un extraño juego de pies para distraer a los dos chicos que le tapaban y luego chuteo la pelota hacia atrás dándole un pase a Eduardo. - Eduardo avanzo un poco hasta que otro niño llego a atacar sus pies

- Mari -grito al tiempo que le lanzaba la pelota - Demasiado alto como para que le quedara cómoda de atrapar, Mari tuvo que saltar y para bajarla, corrió dominando la pelota a la perfección ha solo unos cuantos metros del arco un chico larguirucho intento barrerla

- Cuidado Mari - grité y tuve que resistir el pequeño chillido que quiso escapar de mi al ver lo cerca que había estado de botarla, pero ella lo salto justo a tiempo. El arquero estaba listo para atrapar la pelota cuando Mari se alisto para lanzarla, pero en un cambio de último momento en lugar de disparar hacia el arco lo hizo hacia un costado, el mismo por el que Tomi venia corriendo.

Recibió el pase y se acercó al área listo para hacer el gol, estaba preparada para gritarlo, pero nuevamente decidieron hacer un cambio y Tomi le dio un pase a un chico regordete que hasta ahora no había visto en el hogar por lo que supuse que era un niño nuevo. El niño nuevo disparo con fuerza tomando desprovisto al arquero, que no logro llegar hasta la pelota por más que lo intento.

- ¡Gol! - grite saltando, junto a otro par de niños a mi lado. El pequeño grupo se reagrupo celebrando el gol.

- No es justo, Tomi tiene al tío Eduardo en su equipo - se quejaron algunos

- Bueno, creo que podemos emparejar eso - dijo un tipo en chaqueta de cuero y lentes de sol ubicándose a mi lado, no lograba ver del todo su cara, pero podía observar su barba y desordenado cabello que le daban un toque bastante rudo, sin mencionar el tatuaje que asomaba por su cuello.

- ¡Oscar! - gritaron algunos niños corriendo hasta él, se quitó los lentes para saludarlos, los niños parecían bien familiarizados con el tipo.

- Hola niños - saludo a los chicos que de apoco lo rodeaban.

- ¿Te unirás a nuestro equipo? - pregunto Miguel dejando su puesto en el arco para llegar hasta nosotros.

- Tomi tiene al tío Eduardo - explico el pequeño Ricky.

- Entonces, creo que he llegado en el momento correcto - les comento a los niños que de inmediato celebraron la nueva inserción, entonces por primera vez pareció notar mi presencia, pestañeo un par de veces, sus ojos eran increíblemente claros y contrastaba de manera espectacular con su oscuro cabello, mirarlo por demasiado tiempo no era precisamente una buena idea, o algo que pasara desapercibido, el desconocido alzo una de sus cejas con una sonrisa perspicaz

- Creo que no nos conocemos.

- No, en absoluto - respondí rápidamente - soy Rebeca - le extendí mi mano en presentación y el me dio una revisada de arriba abajo sin ningún disimulo.

- Soy Oscar - ladeo una sonrisa - Trabajo en el hogar

- ¿En serio? - no logre controlar a tiempo mi lengua, ni mi expresión de incredulidad, hasta que caí en la cuenta de lo increíblemente prejuicioso que eso era - Mierda.

<< ¡Ups! ¿Lo pensé o lo dije? >>

- Te sorprendería la cantidad de veces que he escuchado lo mismo - afortunadamente se rio

Cásate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora