Rebeca
– ¿Sorprendida?
– No estoy segura – respondí nerviosa tomando asiento frente a mi interlocutor – Siento que he esperado por esto una eternidad.
– Bueno, te aseguro que no es lo que crees – se rio el hombre frente a mí, intentando quitar la tensión del momento – Este almuerzo no es para hablar de tu relación con mi hijo, Beca querida.
– ¿No lo es? – mi ceja se alzó como un acto reflejo ante la intriga.
Luego de que Eduardo dejara mi departamento como alma que lleva el diablo, había recibido una misteriosa llamada de mi exjefe, alias suegro, una invitación para almorzar la cual no tenía manera de rechazar. ¿El problema? Bueno se me ocurrían tantos que no sabría bien por dónde empezar.
<< La clásica situación de "Tenemos que hablar" pero no te dicen que es lo que tenemos que hablar >>
<< La vida sería tan simple si aquella frase no existiera >>
Desde que había cortado la llamada, una extraña opresión en mi pecho comenzó a molestarme, la única razón por la que Gregorio necesitaba hablar conmigo tenía que ser el acuerdo del que los medios estaban hablando, y eso me aterraba. No quería ver a Gregorio decepcionado de mí, él era mi mentor y peor aún no soportaría que me pidiese dar un paso al costado o peor. Eran tantas las posibilidades, tantos malos augurios.... Pero resulto ser ninguno de ellos.
– No, querida ya relájate y disfruta el desayuno – me sonrió paternalmente, aquella sonrisa tan sincera me transmitía aquel mismo cariño paternal con el que siempre me trato en la oficina – Elena te envía saludos – menciono – y solo para estar claros, como lleven su relación tu y mi hijo, no es nuestro asunto, lo único que nos concierne es que sean felices.
– Es un alivio que se tomen con tanta calma las habladurías de los medios – suspire por fin relajada.
<< Desearía que mis padres tuviesen la capacidad de hacerlo >> Es su lugar había tenido que bloquear sus números para que no siguieran llamando. Porque simplemente no eran capaces de escuchar razones.
– Bueno, no es primera vez que la conducta de mi hijo es escandalo nacional y por mucho que quisiera claramente no será la última
– Pero esta vez, no fue su culpa, los medios han tergiversado todo – Gregorio me miro con una mueca en el rostro, negando suavemente.
– Beca, no sabes cuantas veces he escuchado estas mismas palabras de la boca de mi hijo. Se que lo quieres, pero la cosa es que Eduardo es una figura pública, todo lo que hace y dice esta siendo observado para ser usado en su contra, no puedo saber que haya catalizado los rumores esta vez, pero siempre habrá algo.
<< Esto era tan injusto >>
La voz de Gregorio no reflejaba reproche, más bien parecía cansado.
– Es por esto por lo que te he llamado
– ¿Para advertirme que Eduardo siempre será víctima del acoso de los medios?
– ¿Que? No – frunció el ceño negando antes de tomar algo de jugo – Asumo que, si para este momento sigues con mi hijo, ya tienes clara esa parte de su vida.
<< Era un buen punto >> asentí sin más para escuchar el resto de sus palabras.
– Hace un tiempo mi hijo y yo tuvimos una importante conversación, veras Rebeca ustedes las generaciones más jóvenes han aprendido a ignorar las habladurías de la gente, y a Eduardo claramente jamás le ha importa la opinión publica el problema es... que, junto con su reputación, también esta la de la empresa. Y por mucho que me gustaría decir que la empresa se adapta a esta nueva generación, la verdad es que los inversionistas siguen siendo viejos con mañas, al igual que yo.
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Cásate Conmigo
RomanceTodo lo que quiere Eduardo es algo de paz, a pesar de la prensa, los socios de su empresa y su familia. Todo lo que quiere Rebeca es la custodia de su hijo, a pesar de la justicia que la califica como no apta. Los problemas de Eduardo se solucionar...