57. UNA SEMANA "PASA VOLANDO"

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Rebeca

– Ya Rebeca – se quejó mi hermana, desde su lugar, mal sentada en el sillón junto a mi cama – para de dar vueltas, me estas mareando.

– Lasciami in pace, sorella – le reclame, sin dejar mi paseo.

*(Déjame en paz, hermana)

Llevaba una semana en el hospital y tres de esos días había estado encerrada en la habitación, si no salía de allí luego comenzaría a caminar por las paredes, mi hermana rodo los ojos y volvió a su revista. En estos días, aprovechaba cada momento libre para escaparse a mi pieza y relajarse un poco, el hospital había estado muy activo luego de que un accidente en el centro de la ciudad mantuvo a muchos de los doctores en el área de emergencias, y mi hermanita no había sido la excepción; otros que habían estado muy activos estos días eran los medios, de la que volvía a ser blanco, gracias a mi larga estancia en el hospital y lo hermético de la situación ocurrida con Guillermo, no sabía como pero de alguna forma los Redstone habían logrado mantener toda la información referente a Guillermo – su estafa en la empresa y la toma de rehenes – en absoluto secreto. Hasta que un paciente del hospital le filtro a la prensa que "La chica de oro" llevaba días hospitalizada, lo que genero la curiosidad de muchos intrusos. Así fue como luego de cuatro días tranquilos - desde que había despertado – la paz se acabó. Eduardo y Miriam se pusieron de acuerdo para mantenerme encerrada en la habitación "A salvo" de los paparazzi y sus cámaras.

<< Cielos, estaba comenzando a odiar que esos dos se llevaran tan bien cuando se les ocurrían planes tan ridículos como este >>

– Ya, en serio, no puedo leer mi revista tranquila contigo moviéndote de un lado a otro – Miriam se levantó del sillón que había estado ocupando, sentada con las piernas apoyadas sobre uno de los reposa brazos y la espalda apoyada en el otro.

– Ya no aguanto – me queje – Necesito salir de aquí, cambiar de aires... o hacer algo – camine velozmente hasta la puerta, pero mi hermana me intercepto antes de siquiera llegar a tocarla.

– Bel tentativo, sorellina – se burló de mi – pero no puedes, lo prometiste.

*(Buen intento, hermanita)

<< Maldita promesa >>

Mimi y Eduardo me habían engañado magistralmente, hace ya tres días...

– Tendré que llamar a mi padre, no puedo ir a la oficina y dejarte sola aquí con todas esas hienas esperando – comento Eduardo serio mirando a través de las persianas como un grupo de paparazzi se agolpaban en la entrada del hospital.

– Si, creo que es lo mejor, más de algún reportero intentara colarse en la habitación para tener una exclusiva y estos días el hospital ha estado tan lleno luego del incendio que les seria simplemente fácil lograrlo – le secundo Mimi.

– La prensa puede llegar a ser muy dura e insistente cuando quieren obtener información.

– Lo que más me preocupa hermanita es que aun estas recuperándote y no puedes exponerte a emociones fuertes.

– No dejare que eso ocurra. Me volveré la sombra de Rebeca estos días y contratare un par de guardias incluso podríamos poner seguridad en todo el piso.

– No hace falta llegar tan lejos, ellos aún no saben el número de mi habitación.

– No creo que eso los frene, te asecharan por los pasillos o vigilaran los espacios en común a la espera – menciono mi hermana

Cásate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora