Rebeca
-Mami – Tomi corrió hasta a mi más que feliz, me agache a su altura para recibirlo con los brazos abiertos – Te extrañe ayer – comento –
- Y yo a ti mi amor, pero no podía venir –
- Si, lo sé – me sonrió - Vino una señora con un traje muy chistoso y estuvo dando vueltas por todas partes – me conto
- Y por eso mismo no me dejaron venir cariño –
- Si tía Ana me lo dijo – me dio una sonrisa – pero ahora estoy feliz porque estás aquí y has traído a Eduardo – el aludido que hasta ahora se había mantenido el silencio se incluyó a nuestra conversación.
- ¿Cómo estás campeón?
- Bien, gracias por venir a verme.
- Oh, pero no he venido solo a verte.
- ¿De qué hablas? – salto emocionado con su rostro reflejando confusión por no entender, lo que me llevo a intervenir
- Amor, ¿recuerdas a Elena?
- ¿La mamá de Eduardo? Sí, sí que la recuerdo.
- Pues mi madre quiere que los lleve a pasar las festividades a casa. Que dices pequeño ¿Quieres ir? – Tomi sonrió ampliamente, pero luego me miro.
- Mamá, ¿Tú crees que nos den permiso para ir? – no pude evitar sonreír ampliamente ante su pregunta, más aún conociendo la respuesta.
- Ah, pero esa es la mejor parte – le sonrió Eduardo, y Tomi lo miro sin entender nada.
- Tenemos permiso de la corte para vivir juntos los siguientes dos meses amor.
- ¿Es enserio? - yo solo asentí con la cabeza tratando de tragar el inmenso cumulo de emociones que aflojaban al ver a mi hijo tan feliz y emocionado.
- Si, así que debemos apresurarnos si queremos llegar antes que anochezca – Eduardo capto toda la atención de Tomi.
- ¿Viajaremos?
- Los padres de Eduardo viven a un par de horas de aquí amor -
- Seis para ser más exactos, así que tenemos un largo camino por delante. Entonces ¿Qué dices? ¿Quieres ir?
- Si – alargo la "i" abrazando a Eduardo – Si, si, si, si, si – salto por todas partes - Sera muy divertido
Dos horas de empacar ropa – la mía y la de Tomi para ser más exactos pues Eduardo prácticamente uso la misma de su viaje anterior junto con todo lo que se podría necesitar para un viaje de casi dos semanas – y tres horas de viaje más tarde realizábamos nuestra quinta parada en una gasolinera esta vez para almorzar algo al paso y continuar nuestra travesía.
Eduardo había calculado el tiempo de viaje acorde a dos adultos, que no se aburren, ni tienen hambre o ganas de ir al baño cada media hora. Por lo que, a pesar de su bastante bien planeado itinerario de viaje, en ningún momento había pensado en que tendríamos que parar tan seguido.
La primera vez fue cuando Tomi insistió que quería ir al baño, por lo que tuvimos que parar en el primer lugar que encontramos, una vez abajo no hubo forma de que fuese conmigo al baño, pues el quería que Eduardo lo acompañara al de hombres.
La segunda vez, se podría decir que fue más bien mi culpa, el sol estaba demasiado fuerte como es típico del periodo de navidad donde el verano comienza a sentirse con mayor intensidad y me preocupaba que termináramos deshidratados por lo que le pedí a Eduardo detenernos en algún servicentro o algún lugar para comprar bebestibles y talvez algo para comer.
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Cásate Conmigo
RomanceTodo lo que quiere Eduardo es algo de paz, a pesar de la prensa, los socios de su empresa y su familia. Todo lo que quiere Rebeca es la custodia de su hijo, a pesar de la justicia que la califica como no apta. Los problemas de Eduardo se solucionar...