45. TODO LADRÓN NECESITA CÓMPLICES

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Eduardo 


El sonido de mi teléfono me despertó, tenía a Rebeca durmiendo a mi lado, mi brazo rodeándola por la cintura mientras ella abrazaba mi torso, se veía tan bonita y relajada así, llevaba días trabajando horas extras con el departamento de policía que apenas había podido verla y no había notado o mucho que la extrañaba hasta que la vi, dormida en mi sillón esperando por mí. Incluso ahora la idea de apagar el teléfono y quedarme junto a ella por un par de horas más era demasiado tentadora como para negarme, pero haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad, me moví suevamente para no despertarla y llegué hasta mi teléfono que sonaba sin parar, en la pantalla se reconocía quien llamaba

"Detective Salerno"

Una semana de investigación trabajando hasta las tantas de la madrugada en el departamento de policía con él, y con la información y los sospechosos que Rebeca y yo habíamos encontrado estaban siendo de ayuda en la investigación, así como el video que Rebeca había recibido y la carta que encontré en mi oficina. Solo esperaba dar con Minerva pronto y que todo esto acabara.

Pero por la misma investigación llevaba ausentándome demasiado en la oficina, lo que posiblemente comenzaría a levantar sospechas, además, apenas veía a Rebeca, tampoco había visto a Tomi desde su primer día de escuela.

<< Mierda, estoy realmente cansado >> suspire sintiendo como mis ojos se cerraban solos, me levante contestando el teléfono, no quería despertar a Rebeca por lo que fui al pasillo

– Diga – conteste el teléfono cerrando la puerta de la habitación

– Eduardo, mi equipo ha dado con un nuevo sospechoso que no estaba en tu lista

– ¿Quién? – pregunte sin rodeos

– No por teléfono, necesito que vengas a la estación – me rasque la nuca pensando en la mujer que dormía del otro lado de mi puerta.

– No puedo ahora, tal vez más tarde

– Mejor aún, te encuentro en tu oficina más tarde.

– Bien – Marcus corto la llamada sin agregar más y aunque la tentadora idea de volver a la cama y abrazar a Rebeca hasta quedarme dormido otra vez cruzo mi cabeza, ya eran las seis de la mañana y no podría volver a dormir. O llegaría tarde a la oficina.

Puse en silencio el teléfono de Rebeca para que pudiese dormir un poco más, hoy seria yo quien llevara a Tomi a la escuela.

– Eduardo – Tomi llamó mi atención lo mire por unos segundos miraba atento por su ventana

– Dime, ¿Qué pasa hijo? – sentí su mirada examinarme unos segundos mientras manejaba, pero luego se volvió al exterior

– Nada, olvídalo – negó sonriendo, lo mire extrañado preguntándome que no me estaba diciendo

– Oye Tomi ¿Cómo ha ido la escuela?

– Bien – respondió brevemente, alce una ceja hacia él, esperando más – Cada clase cambiamos de sala como en la universidad, las salas son geniales y en general es mucho mejor que cualquier otra escuela en la que he estado. – Tomi llevo su respuesta al sentido material pero no agrego nada respecto a los profesores y compañeros.

– ¿Has hecho nuevos amigos?

– No lo sé, solo llevamos dos días

– ¿Y?

Cásate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora