25. TODO REVUELTO

55.7K 2.6K 250
                                    



Rebeca

Conocer a la hermana de Eduardo era algo que me traía muy nerviosa.

La había visto en fotos en la que fue la oficina de Gregorio, una chica de cabello castaño oscuro con una hermosa sonrisa en las fotos parecía muy joven, de unos 18 o 19 años y sin embargo era nada que ver con la mujer que luego Eduardo me describió, la mujer que usualmente iba de un lado a otro corriendo de aquí para allá, ajustando hasta el más mínimo detalle para cada fiesta de gala. Aquella mujer era totalmente distinta a la joven en las fotos, cabello entre castaño claro y rubio más madura y un brillo especial en los ojos, ese que usualmente llevan las mujeres embarazadas.

Nunca hablamos directamente, más que mal yo era la chica encargada de seleccionar la lista de invitados, el presupuesto y la prensa, mientras que ella era la encargada de la organización general, comida, decoración, música, donde iba cada persona cuando hacia entrada la prensa. Nuestro trabajo se complementaba, pero no directamente. Entremedio teníamos a todo el departamento de marketing. Sin embargo, pese a nunca haber cruzado palabra, me daba cuenta de su forma de tratar a las personas – siempre amable y cordial – nadie en su personal daba quejas contra ella, más bien eran bastante leales. Me agradaba sin conocerla muy a fondo, pero ahora aquí estábamos, y luego de haber dejado a Eduardo todo magullado, me miraba sonriente a mí, en cuatro años jamás había visto a Eduardo ser golpeado por alguien incluso un par de veces con alguno que otro personaje furioso, él había sabido defenderse realmente bien.

- No lo defiendas Luciano – la hermana de Eduardo tironeo la ropa que se había desordenado y se arregló un poco el pelo con la mano con gestos aun furiosos.

- Ni de chiste lo haría, es solo que estas asustando a su novia – Luciano a quien conocía muy bien de la junta directiva me miro sonriente, estuvo a punto de agregar algo más pero entonces su esposa se le adelanto, en un par de emocionados saltitos la mujer termino a mi lado, no se tomó nada de tiempo para observarme, más bien fue directo al grano.

-Tú debes ser la novia de este idiota – tomo mis manos – estoy tan feliz que estés aquí, no pudimos pasar la navidad juntas porque estaba en casa de mis suegros, pero aprovecharemos al máximo el tiempo, tienes que contármelo todo. ¿Dónde se conocieron? ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿Te gustan las películas de Mery Streep? ¿Te gusta proyecto Runaway? ¿Las comedias románticas? No, ya se ¿El teatro? ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes más hermanos? ¿Te gusta más el campo o la ciudad? Eres muy callada, pero no importa mi hermano suele decir que fácilmente habría por 3 o 4 personas en una conversación, lo cual es una exageración porque prácticamente parecería una loca si lo hiciera, pero tal vez si hablo mucho es algo extraño cuando pequeña no era mucho de hablar, pero ahora apenas si me callo para dejar interactuar a la otra persona. Cielos ¿Lo estoy haciendo ahora? ¿Verdad? – la hermana de Eduardo parecía no respirar entre una palabra y otra, no sé cómo lo logro, pero no parecía cansada, ni sin aliento después de todo aquello, aquello era realmente gracioso no pude evitar hacer una comparación entre ambos y es que aquellos hermanos eran exactamente lo contrario el uno al otro.

Mientras Eduardo era de pocas palabras – no callado, pero sí de hablar lo justo y necesario – su hermana parecía tener la necesidad de sacar todas las que su vocabulario y el aliento le permitieran.

Eduardo casi siempre es serio - aunque últimamente lo veo sonreír más a menudo lo atribuyo a que estamos con sus padres y no hay necesidad de mantener el semblante de la oficina - su hermana pareciera tener una sonrisa imperturbable.

-Soy Rebeca – salude con una sonrisa

- Noe, por Noelia - entonces ella pareció notar algo porque sus ojos se abrieron de par en par - ¿Nos conocemos de antes? Tu rostro se me hace familiar.

Cásate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora