35. UNA SERIE DE EVENTOS

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NOTA:

He vuelto....

Lamento haberme ido por tanto tiempo, es solo que la U se puso algo pesada y ya no tenia tiempo para nada.


PD: Gracias a todos por seguir leyendo esta novela y dándome (insistentemente) ánimos para actualizares. 

Osh quiero, osh amo, osh adoro. 

Beth 

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Rebeca




¿Por qué estaba aquí? Un elegante restorán, mi familia sentada en una redonda mesa. Papá con cara molesta, mamá hablando de más como siempre, mi hermana conservando la calma y yo sintiéndome incomoda.

- No sé por qué te empeñas en ser tan terca, tal y como tu abuela - comento mi madre

- Mamá - la detuvo Mimi y entonces note que mi madre me hablaba a mi

- ¿Qué? - mire a mi madre sin entender de que hablaba

- Rebeca, que pasa por tu cabeza para casarte con un hombre que apenas conoces - Hablo esta vez mi padre

- Pero papá, si llevamos juntos años - me defendí.

- Sabemos sobre el acuerdo Rebeca - se cruzó de brazos mi madre - ¿De qué otra forma habrías encontrado un hombre con quien casarte? Pero sigo sin entender ¿Qué fue exactamente lo que le ofreciste? Como fue que el termino aceptando.

- ¿No entiendo de que acuerdo hablan?

- Ya no lo niegues más hija, Erick nos lo conto todo

- ¿Erick? Pero si no lo veo hace años

- ¿De qué hablas Rebeca? - Mimi me miro frunciendo el ceño - Esta sentado justamente a tu lado

Mire a mi derecha y por vez primera note a un hombre a mi lado, vestía una camisa escocesa abotonada hasta el último botón y una chaqueta algo anticuada sobre esta, su cabello desordenado completaba el look.

- ¿Quién eres? - pregunte al hombre, y este me sonrió con sorna

- ¿Cómo que quien soy? - arrugo el ceño, al ver que solo lo miraba fijamente - Soy a quien le rompiste el corazón por casarte con un completo extraño - rio con ironía y entonces note un hoyuelo en su mejilla - No puedes casarte con él Rebeca, reacciona.

- Es un buen partido, pero que tanto podrán durar, él está acostumbrado a otro tipo de mujeres - hablo mi madre

- Y mi pequeña merece mucho más que eso - agrego mi padre

- Rebe - Mimi tomo mi mano - Tal vez deberías pensar bien las cosas.

- Es todo - me levante molesta - no pienso seguir soportando esto, saben que estoy enamorada de Eduardo y es con él con quien me casare - estaba molesta y rabiosa, si no salía del lugar comenzaría a golpear y romper un par de cosas, ¿Dónde estaba la salida?

-- Rebe - escuche la voz de mi hermana suplicando - espera, Rebe - me alcanzo mientras caminaba hacia unas enormes puertas.

- ¿Que ganas con esto? - grite al borde de la histeria sin importarme la gente a nuestro alrededor, y en cuanto Mimi abrió su boca para contestar una alarma de incendios comenzó a sonar ahogando las palabras de mi hermana, tape mis oídos tratando de localizar de donde venía el ruido, sin mucho éxito. Las grandes puertas estaban cerradas, pero al ir a recepción encontré a un pequeño jugando con la campanilla de la recepción, al parecer era ello lo que sonaba con tanta fuerza. Me acerque al niño lo suficiente para detenerlo, pero entonces él se volteó.

Cásate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora