Capítulo 49.

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Capítulo 49

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Capítulo 49.

(Adrián).

A pesar de que había tenido un viaje pesado de regreso a Puerto Rico en mi avión privado, gracias a las restricciones que se estaban tomando en Francia y en muchos otros países donde el virus había llegado, me sentía emocionado y ansioso.

Alysha pensaba que yo no podría estar presente el día de su graduación, así que no podía esperar para darle la sorpresa de que me quedaría unos días en el país para asistir a dicho evento. Mi padre y mi suegro me habían dado el visto bueno de que regresara y estuviese en un día que significaba mucho para ella, ya que la investigación estaba casi completada. No obstante, luego tendría que regresar nuevamente a Francia.

«Yo, Adrián Wayne, por nada del mundo, me perdería un evento tan importante como ese lo sería para ella. Y eso era literal».

—Doctor, no sabes cuanto me alegra que todo esté resultando muy bien con la investigación de tu padre —me comentó Frankie.

Mi chófer le había avisado a Alysha que iría a almorzar y que regresaría en un rato, pero era evidente que era una pequeña mentira, ya que él había salido hacia el aeropuerto para recogerme y llevarme hasta ella.

—Créeme, Frank, yo también me alegro de que todo esté resultando como se supone. Lamentablemente, el papá de Alysha no podrá asistir a su graduación, ya que debe quedarse en el último proceso de elaboración para la vacuna. Con suerte, en un par de semanas más, tendremos oficialmente una cura. El padre de Alysha es un genio en su campo y un gran ser humano.

—La joven tiene a quien parecerse, ¿verdad? —Frankie enarcó las cejas al referirse a mi chica.

Sonreí con ilusión al mirar a través de la ventanilla de la parte posterior de la camioneta Mercedes-Benz, ya que Frankie tenía razón. Alysha había heredado los valores, la diversión y el buen corazón de una familia muy unida y humilde. Era mi diosa y la única que lograba poner mi mundo patas arriba en cualquier aspecto.

—¿Mi niña ha estado usando el carro que le regalé? —le pregunté con seriedad, ya que le había obsequiado uno blanco de la misma marca de la camioneta que Frankie conducía.

—Sí, doctor —Frankie sonrió para sí mismo—. De hecho, me ha permitido escoltarla desde este vehículo todo el tiempo. No se ha quejado para nada, pero supongo que eso se debe a lo que pasó con Jesse hace un par de semanas.

—Me ha estado haciendo caso —murmuré por lo bajo para mí mismo y me mordí el labio inferior—. Buena niña...

Ya estaba ansioso de metérsela, porque me la ponía muy dura que me obedeciera. Necesitaba recordarle quien mandaba y quien la hacía chorrear como una ninfómana. Planificaba hacerla venir con uno de los artilugios sexuales que había comprado para ella y luego venirme en su cara para que...

—Doctor, para ser honesto contigo, me gusta trabajar para ella —me comentó Frankie, interrumpiendo la ensoñación de mi oscuro ángel—. Además, su abuela no deja de alimentarme cada vez que puede. Sin contar que a veces me invitan a ver películas o series en la sala familiar, porque, según esa familia, les apena verme en las afueras de su hogar haciendo nada, cuando en realidad estoy acostumbrado a hacer mi trabajo —se rio al continuar contándome con lujos y detalles.

—Sí, ellos suelen ser una familia muy intensa —enarqué las cejas con una sonrisa elocuente—. Frank, no puedo esperar para ver a mi niña —le expresé sin ningún temor—. La recogeremos y luego nos llevarás a mi apartamento, por favor.

—Espera, ¿qué? —le extrañó mi petición, pero no pude evitar sonreír de forma perversa—. Pensé que querías ir a la mansión.

—Sí quiero, pero sabes perfectamente que la mansión siempre está llena de personas y yo necesito estar a solas con ella un rato. No quiero interrupciones —me hice el desentendido, pero obviamente él no me creyó en lo absoluto.

La realidad era que quería tenerla solo para mí para hacérselo una y otra vez. Y si era posible, meterme con ella entre las sábanas de mi cama para dormir entre sus tetas. Ya necesitaba sus pechos en mi cara. Además, ya me habían notificado que los resultados de las residencias del año nuevo que se aproximaba estaban en proceso de entrega, lo que significaba que en cualquier momento me enteraría si Alysha había aprobado.

Me sentía tan orgulloso de mi niña, ya que ella siempre había soñado y luchado por las cosas que deseaba alcanzar. Odiaba admitirlo, pero sin mi ayuda en el aspecto profesional, se estaba destacando como una de las mejores médicas del hospital. Los expedientes sobre ella que llegaban a mí no fallaban.

Alysha era tan independiente, que me frustraba en lo absoluto, aunque aprendía cada día a vivir con eso. Quizá podía conformarme con solo controlarla en la cama y dejarla ser en la vida cotidiana, aunque eso joda mi alter ego, ese que tanto llamaba mi oscuro ángel. Definitivamente, ella era la única mujer que sabía calmarlo.

***

No podía calmar mis ansias. Incluso, comencé a palmear uno de mis muslos una y otra vez, soltando largos suspiros. El trastorno compulsivo de la incertidumbre me carcomía, ya que sentía fuertes punzadas en mi pecho, pero no sabía exactamente si se debían a los nervios o a un mal presentimiento.

Pensaba en sus dulce mirada, en su boquita y en esa lengua viperina que me hacía reír y enojar en iguales proporciones. Volví a sonreír para mí mismo como un niño pequeño, ignorando las fuertes punzadas en mi pecho, porque era más que claro que yo no podía vivir sin ella. Siempre había sido de esa manera.

—Ya estamos llegando —Frankie me avisó.

No pude evitar sonreír con evidente emoción. Parecía un jodido púber de quince años.

—Doctor, ¿de qué se ríe tanto? —Frankie parecía más que curioso.

—Frank, ¿cómo no voy a sonreír en un día como hoy? Voy a ver a mi niña, a la futura esposa de Adrián Wayne —le confesé con arrogancia.

Mi chófer engrandeció los ojos al mantener su vista en la carretera. Estaba sorprendido de mi actitud tan abierta y espontánea, pero así era el efecto llamando Alysha Nerea. Sin embargo, él negó con la cabeza al sonreír.

—En este trabajo siempre me entero de los mejores bochinches —bufó.

—Solo lleguemos ya —me reí con él, pero cuando accedimos al vecindario donde vivía Alysha, mi sonrisa se borró de inmediato.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora