Capítulo 87.
Intenté mantener la calma. No quería apresurarme a idear situaciones en mi mente sin antes tener una explicación de Adrián.
«Seguramente, había tenido una emergencia y fue al hospital más temprano que de costumbre». Fue lo que pensé para no preocuparme más de lo debido. «Sí, tenía que ser eso».
Antes de salir de la cama, me percaté de que había un pequeño sobre encima de una de las almohadas de Adrián. Automáticamente, achiqué los ojos y lo agarré. Sin embargo, cuando me dispuse a abrirlo, me di cuenta de que estaba muy pesado y de que adentro del mismo había algo más.
—¡Mi pulsera! —me emocioné cuando la saqué del sobre junto a una carta—. ¡Pensé que la había perdido! —la adherí contra mi pecho, porque aunque era una joya muy costosa, el valor sentimental que tenía por ella era mucho más.
Sonreí cuando hice girar la pequeña Hello Kitty llena de diamantes. Me hacía feliz saber que la pulsera estaba intacta junto a los demás diamantes que la decoraban. Sin pensarlo ni un segundo más, la coloqué sobre mi muñeca, ya que jamás me la había quitado desde que él me la obsequió. Además, sabía que tenía que haber una explicación, una que encontraría en la carta que también había estado en el sobre:
~•~
Aly:Desperté un poco más temprano y fui al hospital, ya que el señor Hernández y yo estaremos reunidos en la oficina del penúltimo piso discutiendo unos asuntos importantes, antes de que yo reanude mis labores de la mañana.
Supongo que cuando estés leyendo esta nota, ya te habrás puesto la pulsera (como si no te conociera). Sé que te la habrás puesto antes de leer la explicación, la cual te dejo escrita aquí mismo:
Tuve que quitártela y guardarla el día del secuestro, pero ahí la tienes otra vez. Siempre ha sido un obsequio muy, pero que muy especial. Así que continúa cuidando la pulsera como lo has hecho todo este tiempo.
Qué tengas éxito en tu primer día de trabajo como médica residente oficial.
La amo, doctora Doménech.
~•~Cuando leí la carta, no pude evitar sonreír de forma risueña por el sentido del humor con la que la había escrito. Él sabía que el simple gesto me haría feliz al despertar y lo había logrado. Además, había recuperado mi pulsera y era mi primer día de trabajo como residente del departamento de cirugía. Al fin cumpliría mi sueño de convertirme en cirujana.
«Era nuestro momento, doctora Doménech». Mi subconsciente y yo estábamos igual de emocionadas.
No dudé en levantarme de la cama más animada que nunca, alistándome para llegar al trabajo lo antes posible. Al fin podría trabajar como doctora del «Hospital General de Puerto Rico» y eso me hacía sentir sumamente satisfecha y motivada para continuar con mi especialidad.
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MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓
Romance(+21) (Libro 4) Fue inevitable que Adrián y Alysha no se dejaran llevar por la intensa atracción y la fuerte conexión que los unía desde un pasado que fue muy difícil para el prestigioso médico cirujano. Adrián y Alysha tendrían que vivir y recorrer...