Capítulo 40.

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Capítulo 40

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Capítulo 40.

Cuando me duché, me cepillé los dientes y me sequé, volví hacia la habitación. Todavía me seguía impresionando lo meticuloso que podía ser Adrián. Sobre la cama había colocado un vestido corto y cómodo para mí. La pieza aún tenía la etiqueta del precio. Y aunque era una vestimenta casual, reflejaba que la marca era Versace. También debía mencionar que no podía faltar mi calzado y mi ropa interior. Lo que necesitaba lo tenía justo en el momento.

Cuando Adrián terminó de realizar las llamadas que necesitaba, volvió y también se alistó. Sin embargo, cuando me vestí con cierta pesadez gracias al dolor en mi culo, me hice una coleta en el cabello y me dirigí hacia el comedor con él, quien se había puesto un traje gris justo a la medida. Éste no llevaba corbata, lo que hacía lucir su vestimenta elegante casual.

Desayunamos a solas, ya que habíamos dormido prácticamente toda la mañana. —O más bien, almorzamos—. Luego la señora Marcella nos atendió muy bien y nos quedamos un rato hablando de temas triviales. Según ella, mi suegro había salido muy temprano, ya que se le había presentado un asunto importante. Me resultó un poco extraño, ya que Adrián se tensó cuando ella me lo informó de casualidad.

Cuando terminamos hablar con Marcella, nos despedimos de ella. Estaba muy emocionada con el hecho de que me había quedado en su casa junto a su único hijo. Sus ojos brillaban al notar que yo no me apartaba de él.

—Me emociona ver con mis propios ojos que al fin mi pequeño príncipe tiene novia —sujetó mis manos con cariño e ilusión—. Sé que eres una muchacha muy buena y humilde. Mi esposo no paraba de hablarme de ti y de como te has destacado en el hospital.

—¿En serio? —aunque estaba ruborizada, engrandecí los ojos por sus palabras.

—Sí, por supuesto —me aseguró—. También me ha dicho que tu padre es un buen hombre, uno de palabra. Estamos encantados con tu familia y contigo.

—¿Tanto ya conocen a mi papá?

—Bueno, mamá... —Adrián carraspeó y entre dientes me guio hasta la puerta principal, a pesar de que la señora Marcella nos siguió—. Debo llevarla a su casa. Te veré luego, ¿sí? —la miró con cuidado, como si hablaran entre sí algo que yo no sabía.

Ah, claro —dio varias palmaditas sobre sus labios—. Discúlpame, mi pequeño príncipe. Sé que andas con prisa —lo besó en la mejilla y le dio un cálido abrazo que él recibió con más soltura.

***

En el trayecto hacia mi casa le había contado a Adrián lo que mi hermano me informó cuando me llamó. De hecho, hasta me dijo que podía decirle a Jimmy los detalles de la familia de Jesse y el infierno que él vivió al lado de ellos cuando era un chico.

—¿No crees que Jimmy ha exagerado un poco en cuánto a su preocupación? Cuando se trata de Jesse, hace mucho tiempo que pasé la página. Y de qué manera... —enarqué las cejas al darle un repaso más que evidente a mi novio, quien manejaba con el ceño fruncido al escucharme.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora