Capítulo 95.

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Capítulo 95

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Capítulo 95.

—Es que ya uno no se puede ni esconder —puse los ojos en blanco y me crucé de brazos cuando me presenté delante de Adrián y Bárbara.

—¿Con qué fin? —Adrián frunció el ceño y me asesinó con la mirada—. ¿Qué haces aquí y por qué mierda estás vestida así? —tragó saliva al darme un descarado repaso—. ¿Qué coño está pasando aquí?

—Más bien, eso debería preguntarlo yo. ¿No crees? —refuté.

—¿Qué? —negó con la cabeza, como si no entendiera a lo que me estaba refiriendo.

—¿Es que no te das cuenta de lo irónico que es esto? —bajé la mirada, porque ya no podía verlo como antes—. Soy la persona con la que has compartido todo este tiempo, con la que desahogas tu alma y lo que en realidad eres, con la que te sostienes cuando estás herido o desganado. Soy la persona que te ha ayudado, porque le gusta hacerlo y sabes que es así —solté un largo suspiro y volví a fijar mi mirada en la suya—. Pero desde el inicio me he dado cuenta sobre un detalle que siempre quise ignorar.

—¿Cuál? —achicó los ojos con escepticismo, soprendido de mis palabras.

—Qué no es a mí a quien le dices "buenos días" cuando despiertas. No soy yo en quien piensas cuando tus ojos se abren cada mañana y ya no puedo fingir que no duele.

—Sí no es a ti a quien le digo "buenos días" cada mañana cuando despierto... —puso los ojos en blanco ante mi melodrama—. Entonces, ¿a quién coño? —bufó con fastidio, como si realmente estuviera ofendido de mi drama—. Eres lo primero que pienso cada vez que abro los ojos. ¿Podríamos dejar el drama para cuándo estemos en la mansión? —bufó con arrogancia, pero no se veía nada feliz.

—¿En "la mansión"? —Bárbara se sorprendió de sus palabras, aunque seguía sollozando—. ¿Viven juntos? —no lo podía creer.

—¿Y tú qué haces aquí todavía? —Adrián levantó la voz con autoridad—. Ya lárgate de mi vista. Mira los problemas que me estás causando con mi novia.

Me sonrojé ante sus palabras, porque, sí, estaba siendo un poco dramática. Es más, creía que me había pasado un poco.

«Mierda, de aquí para los "Premios Oscars"». Mi subconsciente se burlaba de mí y sentía un poco de pena ajena.

Cuando Bárbara se fue, Adrián me miró fijamente a los ojos y se cruzó de brazos.

—¿A quién quieres engañar con esto? Si no me engañas con Bárbara, algo debes ocultar.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora