(+21) (Libro 4) Fue inevitable que Adrián y Alysha no se dejaran llevar por la intensa atracción y la fuerte conexión que los unía desde un pasado que fue muy difícil para el prestigioso médico cirujano.
Adrián y Alysha tendrían que vivir y recorrer...
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Capítulo 32.
Cuando mi padre volvió y se sentó junto a mi madre, me sonrió con amor. Mi suegro también regresó y se ubicó junto a Marcella, aunque ellos se mantuvieron parados y cerca de Adrián, quien se mostraba serio y comedido.
Una de las amas de llaves de la propiedad comenzó a entregar copas a los invitados y la otra empezó a llenarlas de champán. Achiqué los ojos cuando una de ellas llenó la mía del líquido espumoso. A leguas se notaba que era un vino exquisito y fino.
—En nombre de mis padres y de mí, quiero darles la bienvenida a esta hermosa velada —Adrián rompió el hielo delante de los presentes al elevar su copa de champán—. Me he tomado el atrevimiento de invitarlos porque creo que Alysha merece pasar un buen momento con sus más allegados fuera del trabajo. Como sabrán, para ella ha sido un larga camino el que ha recorrido, soñando con formalizar su carrera médica en el hospital donde todos trabajamos de una forma u otra.
Todos aplaudieron y sonrieron al compás, dándole la razón al ojiverde. Él más que nadie sabía envolver a las personas con sus palabras tan decoradas al mostrar esa sonrisa tan angelical y jovial.
—Aly... —me llamó al estirar su mano desde la distancia. Evidentemente, él quería que yo caminara hasta su dirección.
Cuando me levanté de mi asiento con los nervios de punta, miré a mi alrededor al sentirme un poco anonadada. Caminé hacia él y sujeté su mano, sonriendo levemente.
—Sé que a veces puedo ser un poco tradicional y formal, pero créeme que cuando estos tipos de gestos se me ocurren, lo hago para que te sientas bien.
«¿Un poco nada más?».
—Es por eso que invité a todas estas personas en un momento tan privado y especial.
—Comprendo el detalle, mi amor, pero... —negué con la cabeza al sentir que el corazón se me quería salir de la caja torácica—. ¿Qué está pasando?
Sonrió al mostrar su perfecta dentadura y sujetó mi mano para mirarme fijamente a los ojos delante de los presentes.
—Lo que está pasando, Aly, es que quiero pedirte delante de todas estas personas que te mudes conmigo lo más pronto posible y me hagas un hombre completo.
Engrandecí los ojos al quedarme sin palabras.
—Sé que tal vez esto es un poco precipitado para tu familia y para ti. También sé que quizá ellos no estaban preparados aún para este momento, pero no sabes cuánto ansío compartir mi vida privada junto a ti. Además, te había dicho que estaría dispuesto a dar este paso luego de que te graduaras de medicina.
—Andy, pero... —me reí nerviosa al mirar de reojo a mi alrededor—. Todavía no me han llegado los resultado de mi examen de revalidación. No sé si lo he logrado —le dije un poco asustada.
