Capítulo 30.

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Capítulo 30

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Capítulo 30.

Cuando comenzamos a caminar hacia donde sonaba la música, su mano descendió con descaro hasta mi culo, el cual presionó sin ningún reparo. Su acción causó que yo lo mirara desde mi baja estatura con los ojos engrandecidos.

—¿A qué se debe esto? —le pregunté al apreciar como él me miraba con seriedad mientras su mano continuaba presionando mis nalgas.

—Esto, mi jovencita, es una clara advertencia de que debes pagar por tus comportamientos revolucionarios delante de mí —sujetó mi cintura y me ubicó junto a su cuerpo para guiarme en el suave baile. Cuando sus manos se posaron en mis caderas, dirigió su boca hacia mi oreja—. Te voy a castigar —susurró en mi oído, pero su amenaza solo lograba que me mojara una vez más—. No ahora, pero ten por seguro que lo haré.

—Se le derramó el trago a la pobre de Bárbara —le hice ojitos al ir a su paso en el baile—. Yo solo intentaba ayudarla a que se ubicara.

—Por supuesto —me miró fijamente a los ojos—. Y mi título de Harvad me lo gané en una caja de cereales —bufó.

—Solo estaba poniendo los puntos sobre las íes —me rendí ante su hermosa mirada y puse los ojos en blanco—. Bastante he tenido que aguantarla desde que accedí al «Hospital General» como interna.

Adrián solo soltó un leve suspiro, asimilando que yo no tenía remedio en cuanto a mi carácter. Sin embargo, se aseguró de que mi cuerpo continuara muy cerca del suyo. No parecía querer soltarme ni un segundo.

—¿Qué voy a hacer contigo, Aly? —negó con la cabeza, aunque su discreta sonrisa me hacía saber que mis acciones espontáneas le divertían.

—Castigarme ya, papi rico —susurré en su oído y rocé mis labios sobre su cuello, disfrutando del delicioso aroma de su perfume—. No sabes lo mucho que ansío que lo hagas —le dije con descaro, sonriendo sobre su oreja.

—En estos momentos lo estoy deseando —me aseguró al mirar detrás de mí con cuidado—, pero eso tendrá que esperar —enarcó las cejas—. Tus sorpresas han llegado.

Cuando me giré para observar hacia la dirección que Adrián mantenía su vista, me percaté de que Damián, Gloria, Kenneth y un hombre que desconocía, caminaban hasta la terraza. Automáticamente, miré a mi novio con emoción, sin poder creerlo.

—¿¡Y esto!? —besé sus labios y por un momento dejé de bailar con él para saludar a mis amigos.

Gloria me recibió con un sincero abrazo. Kenneth no se quedó atrás y se unió a nuestro abrazo, mientras que su acompañante nos miraba con cierta familiaridad, aunque no lo conocía de nada, solo de vista por los pasillos del hospital. Damián, sin embargo, aunque mantenía una seria expresión, parecía contento de verme.

—¿¡Qué hacen aquí!? —les pregunté a todos cuando me separé un poco de Gloria y Kenneth, ya que había estado con él hacía un rato cuando fue a la casa de mis padres a maquillarme. Luego saludé a Damián con un efusivo abrazo—. ¡No puedo creer que vinieron! —exclamé con emoción.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora