♪ You Get Me So High - The Neighbourhood ♪
Capítulo 38.
Sentía los nervios a flor de piel, pero no pensaba arrepentirme después que había anhelado el castigo con tanto esmero. Podía sentir los latidos de mi corazón en mis oídos. Cada uno de mis sentidos se agudizaron y siguieron los movimientos de Adrián, quien se encontraba ubicado en el borde de la cama, mirándome con perversión, ya que me tenía en una posición muy expuesta.
Es decir, lo menos que esperaba era despertar de sopetón con la vagina empapada. Adrián me había asaltado a orgasmos, pero yo todavía intentaba asimilar todo lo que sucedía en la madrugada gracias a sus perversiones.
—Como te has venido otra vez, haré que el castigo sea muy doloroso al igual que placentero —me informó en un susurro, con la voz ronca. Evidentemente, estaba muy excitado—. Comprobar que te sigues mojando gracias a todo lo que te digo y hago, logra que quiera hacer esto todo el rato —de repente, sentí como el cinturón chocó contra mis nalgas, lo que me hizo chillar por la impresión.
Mientras recuperaba el aliento, me di cuenta de que, aunque ardía un poco, no me resultaba incómodo. Me excitaba sobremanera que lo hiciera. Hasta ansiaba que volviera a hacerlo. Sin embargo, Adrián se alejó de mí y caminó hasta su mesita de noche, donde sujetó su teléfono y comenzó a configurarlo.
—Vamos a tener que disfrazar un poco el ambiente con el sonido de la música —me dijo sin ninguna preocupación al conectar el aparato a un reproductor que se ubicaba justo en su lado de la cama—. Aunque la habitación de mis padres se encuentra a una distancia considerable, es probable que hagas ruido con este castigo —subió un poco el volumen de la canción y volvió hacia mi dirección.
You Get Me So High de The Neighbourhood inundó el frío ambiente. Tragué saliva cuando sentí que comenzó a rozar mis nalgas con el cinturón. Ni siquiera articulé alguna palabra. Solo me aferré a mi destino y dejé que azotara mi culo una y otra vez.
«Uno, dos, tres, cuatro, cinco...». Mentalmente, intenté contar todos los azotes que él me propinaba. Sin embargo, perdí la cuenta cuando el ardor era más abrumador y excitante.
***
Desconocía el tiempo que había transcurrido entre cada azote, pero suponía que había pasado un buen rato al sentir que mis nalgas estaban completamente rojas por el escozor que sentía en la piel.
—Así que otra vez te has venido para mí —sonrió sobre mi mejilla cuando jaló mi cabello en una maraña envuelta en su mano—. Así me gusta, como la putita mía que eres —tiró del lóbulo de mi oreja con sus dientes y luego alejó su rostro para posicionarse sobre el colchón—. Aunque me hace sentir sumamente complacido el hecho de que tengas el culo marcado después de casi cien azotes, voy a recompensar tu esfuerzo.
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MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓
Romans(+21) (Libro 4) Fue inevitable que Adrián y Alysha no se dejaran llevar por la intensa atracción y la fuerte conexión que los unía desde un pasado que fue muy difícil para el prestigioso médico cirujano. Adrián y Alysha tendrían que vivir y recorrer...