Capítulo 11.

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Capítulo 11

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Capítulo 11.

La gente comenzaba a retirarse de la convención y el ambiente se tornaba más vacío. Sin embargo, aún me encontraba rodeada por los familiares de Adrián mientras hablaban con normalidad de temas triviales, aunque tenía que mencionar que todos estaban achispados y que eso me incluía. Habíamos bebido demasiado vino y ya el efecto se apoderaba de cada uno de nosotros.

—Perdón por la tardanza —me dijo Adrián cuando se presentó a mis espaldas—. Esto de ser invitado especial en las actividades es un poco abrumador.

—No te preocupes —me ruboricé al verlo tan relajado y fresco.

—Hijo, nosotros ya nos vamos —le avisó su padre mientras Marcella fue hacia Adrián y lo abrazó con amor.

—Eres maravilloso, mi pequeño príncipe —Marcella acarició con anhelo las mejillas del ojiverde y luego se alejó de él—. Gracias por aquella hermosa interpretación. Ha sido maravillosa. Pero sobretodo, gracias por ser un hijo excepcional.

—No es para tanto, madre —le restó importancia al detalle.

—Claro que sí —ella insistió al darle un beso en la mejilla—. Nos veremos luego.

Andrés y Marcella también se despidieron de Jaime y su esposa. Luego procedieron a retirarse.

—Mi esposa y yo también nos vamos —nos avisó el doctor Bachéeles con cierta picardía en sus ojos—. Supongo que ustedes también se... —carraspeó—. Digo, yo no sé nada. Me voy... —se giró junto a su esposa mientras negó con la cabeza.

Adrián puso los ojos en blanco y esperó que ambos se alejaran lo suficiente para ubicarse delante de mí con la autoridad que lo caracterizaba.

—¿Qué debo hacer? —me preguntó con normalidad, lo cual me sorprendió, ya que en el momento me estaba dejando tomar las decisiones a mí—. ¿El doctor Yanius te llevará a casa y allá nos encontramos?

—¿En serio? —bufé en sus narices—. ¿Es que no te has dado cuenta?

Adrián achicó los ojos con seriedad.

—El doctor Yanius se ha ido —le puse los ojos en blanco.

Ah... —se cruzó de brazos con tranquilidad.

—Es más, ni siquiera se ha ido. Más bien, parecía que huía de este lugar —corregí.

Adrián no pudo evitar sonreír al negar con la cabeza.

—¿Crees que es gracioso?

—De hecho, un poco —sus ojos verdes brillaban cuando asintió con descaro.

—Me dejaron plantada en plena convención médica —le recordé, aunque yo tampoco podía evitar sonreír.

—Ha sido tu culpa —me miró con lujuria y diversión—. Eres mala acompañante.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora