Capítulo 84.

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Capítulo 84

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Capítulo 84.

Cuando la señora May logró calmarse después de haber visto como habían tirado dos veces el ataúd junto con el cuerpo de Jesse, dialogó conmigo y no paró de disculparse una y otra vez por todas las cosas que su hijo me había hecho pasar. De hecho, hasta John no dejó de lamentarse por lo del secuestro. Los dos estaban completamente sentidos y avergonzados por todo lo que había ocurrido en cuanto a él. Incluso, ambos me desearon lo mejor con Adrián y quedamos en buenos términos.

Mi novio aún continuaba hablando con un hombre que vestía elegante y que rondaba entre los cuarenta años. Aunque me resultaba un poco extraño, intenté no darle tantas vueltas. Sin embargo, la seriedad reflejada en el rostro de Adrián me hacía entender que hablaban de algo sumamente serio. Era muy evidente que le interesaba en lo absoluto lo que el desconocido le decía.

Jimmy también se encontraba hablando con John y estaba casi segura de que reanudaban su amistad de años luego de todo lo que me pasó con Jesse. Sin embargo, cuando la señora May y yo íbamos por un par de cafés, alguien entró de sopetón a la sala principal.

—¡Todo esto es tu maldita culpa, perra! —el señor Enrique se dirigió hacia donde nos encontrábamos—. ¡Eres la única culpable de que nuestro hijo esté muerto! —me apartó de la señora May y la agarró por los brazos, sacudiéndola fuertemente—. ¡Sí lo hubieses criado tal y como siempre te lo ordené, esto no estuviera pasando!

—¿¡Qué haces aquí!? ¡Estás violando la orden de alejamiento que te impuso el juez! —le gritó la señora May, intentando zafarse de su agarre.

—¡Papá, suéltala! —gritó John al correr junto a Jimmy hacia donde estábamos—. ¡No puedes estar aquí!

—¡La puta madre, esto sí que no se acaba! —murmuró Jimmy para sí mismo.

—¡Ni tú ni nadie me van a impedir ver a mi hijo! —escupió el señor Enrique con desprecio.

—¿Para qué? Ya está en el inframundo —Jimmy parecía escéptico, pero todos los presentes se quedaron observándolo por unos segundos en un silencio sepulcral—. Bueno, yo solo me refería a que tenía que quererlo vivo, no ahora que está frío y estático. Ahora no vale de nada que el tieso esté en una caja —suspiró con pesadez—. Creo que la gente de esta funeraria no sabe sobre el sentido común.

—¡Lárgate, antes de que llame a la policía! —la señora May lo amenazó, logrando zafarse de su agarre.

—¡No, perra! —la sujetó por los hombros—. ¿¡Crees que una orden de alejamiento te protegerá ahora que mi hijo está muerto!? —bofeteó su cara delante de todos, causando que la muchedumbre se impresionara.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora