(+21) (Libro 4) Fue inevitable que Adrián y Alysha no se dejaran llevar por la intensa atracción y la fuerte conexión que los unía desde un pasado que fue muy difícil para el prestigioso médico cirujano.
Adrián y Alysha tendrían que vivir y recorrer...
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Capítulo 80.
(Adrián).
«¿Qué si me vio la cara de estúpido? Definitivamente, sí».
Me duchaba en el baño del cuarto de descanso después de que Alysha me dejó con las palabras en la boca. No solamente me dejó vaciado después de darle duro como me gustaba, sino que obtuvo lo que quiso y se salió con la suya.
«¿Qué si eso estaba jodiendo mi ego? Definitivamente y malditamente, sí».
Tragué hondo y cerré los ojos con fuerza al lavar mi pelo con fastidio. Incluso, me estaba sintiendo como un niño engreído que era regañado.
«¿Por qué mi corazón quería salirse de mi pecho? ¿Por qué mierda su forma de ser me hacía amarla más?».
Apoyé los brazos sobre las baldosas y dejé que el chorro de agua cayera sobre mi espalda y mi pelo. Más frustrado no podía sentirme. Jamás había tenido que pasar por lo que pasaba con una mujer. Siempre había tenido el control en todo momento, pero con Alysha solo era por momentos.
—Doctor Wayne —la enfermera Garret tocó la puerta—. Lleva como media hora allí adentro. Se va a desgastar si no sale. ¿Me oyó?
—Ya me desgastaron —le respondí, aunque no comprendiera del todo a qué me refería.
—Tiene una llamada de su suegro, el señor Doménech —me avisó—. ¿Qué le digo?
—Qué su hija es una malcriada.
—Más bien, creo que el malcriado de mal carácter es usted —murmuró con sarcasmo—. ¿En serio quiere que le diga eso?
—Infórmale que le devolveré la llamada en unos minutos.
—Eso creí —bufó y percibí que se alejó de la puerta.
Mientras lavaba mi cuerpo con gel, no pude evitar que los pensamientos se apoderaran de mi cabeza. Saber que poseí a Alysha con todas mis ganas y que eso no la hiciera bajar sus actitudes revolucionarias me estaba volviendo jodidamente loco.
«Dios, qué mujer tan difícil era. Quizá debería hablar con ella sobre mi madre biológica».
Honestamente, hasta ya me había puesto a pensar cómo sentarme a conversar con Alysha sobre el tema. Me sentía rídiculo al ser consciente de que en realidad ella me había puesto a reflexionar sobre el asunto. Sí, era cierto que la noche anterior lo hicimos salvajemente delicioso y luego en la mañana huí hacia el trabajo, pero era porque odiaba hablar sobre mi madre biológica. No era cuestión de que no confiara en ella, porque sí lo hacía. Sin embargo, mi novia era más importante que mi pasado.
«¿Qué si lo que me hizo Alysha fue un golpe bajo? Definitivamente, mi oscuro ángel lo sentía de esa forma, pero mi alter ego y yo tendríamos que calmarnos por nuestra hermosa diosa.
