Epílogo.
La Capital – Calle Ashford Avenue, Condado, San Juan, Puerto Rico.
(Adrián).
Dolía, mi corazón dolía como nunca. Jamás me había sentido tan abatido y anonadado por la decisión que había tomado Alysha por los dos. Sí, una vez yo hice lo mismo y sufrió con mis pasadas decisiones. Sin embargo, sentía que el karma hacía de las suyas conmigo. Era algo conocido, porque era kármico. Sabía que en algún momento tenía que pagar con creces todas las malas acciones que hice con ella y las mujeres pasaron por mi vida bajo mis condiciones cuando les ponía el rostro de la mujer que amaba, pero no sabía que el amor era quien castigaría mi oscuro ángel.
«Nuestra diosa nos ha abandonado». Mi alter ego estaba alterado y yo solo sentía que perdía los estribos y la cabeza.
No podía dejar de llorar justo donde le supliqué que no se marchara, arrodillado en el mismo lugar. No comprendía por qué me había dejado, pero ser consciente de que se iría a un lugar donde correría peligro me carcomía las entrañas. Lo más que me jodía por completo era que al tomar la decisión de dejarme, no podía forzarla e ir tras ella. Poco a poco, había aprendido a calmar mis impulsos cuando se trataba de la mujer que amaba, porque ella me había dado motivos para mejorar emocionalmente.
«Pero, ¿qué se hacía cuando se suponía que debía calmar mis impulsos de buscarla cuando corría peligro?».
Claro que comprendía perfectamente que quiera ir detrás de sus padres. Desde que era consciente de su existencia he sabido que ellos eran una familia muy unida y que siempre habían luchado juntos ante cualquier adversidad. Incluso, yo he hecho lo mismo por mis padres adoptivos, pero su decisión de dejarme solo hacía que me doliera hasta el alma, si era que tenía alguna.
—Doctor Wayne —Frankie se acercó a mí y se agachó, colocando uno de sus brazos sobre mis hombros—. Ven, te llevaré a tu habitación —me dijo, intentando hacer que yo me levantara del suelo, ya que no paraba de llorar como un niño perdido.
—No, Frank —intenté apartarme de él—. Déjame, por favor.
—Tienes que levantarte, hombre —espetó—. No puedes quedarte aquí toda la noche.
—Me ha dejado, Frank —sentía que me ahogaba con mi propia saliva.
—Lo sé, pero escúchame —estaba preocupado por mí, pues yo no dejaba de temblar—. Tienes que descansar un poco. Te esperan momentos duros en el hospital, ¿entiendes?
—Solo déjame ser Adrián por un rato, ¿bien? —espeté con enojo e impotencia—. Solo déjame llorar un poco como una maldita persona normal. Soy humano y también me canso y tengo una vida personal.
—Lo sé, lo sé —presionó mis hombros con calidez—. ¿Qué fue lo que sucedió para que ella tomara esa decisión tan abrupta?
—¿Tú qué crees? —continué llorando sin control—. Se ha enterado lo de su padre. Su madre fue tras él después de enterarse que realmente está en Francia. Al parecer, él le había dicho que estaba en otro lugar por cuestiones de trabajo y cuando el señor Doménech se enteró que haría un viaje sin sentido hacia otro lugar, no le costó otro remedio que decirle la verdad antes de que este regresara.
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MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓
Romans(+21) (Libro 4) Fue inevitable que Adrián y Alysha no se dejaran llevar por la intensa atracción y la fuerte conexión que los unía desde un pasado que fue muy difícil para el prestigioso médico cirujano. Adrián y Alysha tendrían que vivir y recorrer...