(+21) (Libro 4) Fue inevitable que Adrián y Alysha no se dejaran llevar por la intensa atracción y la fuerte conexión que los unía desde un pasado que fue muy difícil para el prestigioso médico cirujano.
Adrián y Alysha tendrían que vivir y recorrer...
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Capítulo 62.
En el titular de la noticia que se transmitía por la televisión se leía: "La Organización Mundial de la Salud ha declarado que nos enfrentamos a una pandemia". Achiqué los ojos ante las reacciones de las personas a mi alrededor, quienes desconocían sobre como se debía actuar ante la situación. Por supuesto que era un tema muy preocupante. Sin embargo, a diferencia de la gente que me rodeaba, ya sabía que el mundo se encontraba en una crisis sanitaria de tal magnitud. Adrián me había dicho que solo era cuestión de tiempo para que la noticia se hiciera pública y oficial.
—Presiento que estaremos en problemas en este hospital —comentó Kenneth por lo bajo, mientras que en las noticias informaban que en Estados Unidos, en el estado de Nueva York, se habían reportado los primeros casos del virus MERSRecov-2.
—La situación ya no se ve tan lejana que digamos —me comentó Gloria con los ojos engrandecidos, igual de anonadada que yo por los acontecimientos que ya resultaban inevitables.
Sabía la razón por la cual mis amigos reaccionaban de la forma que lo hacían. Los constantes viajes de Estados Unidos a Puerto Rico y viceversa ponían en riesgo a nuestra población. Nosotros, al trabajar para uno de los hospitales más modernos del país, nos exponíamos ante una situación que en algún momento habíamos visto como lejana.
—Nere, que bueno poder verte en pie —Damián se acercó a mí de repente, mirando la televisión por algunos instantes—. Vine a verte antes de que el doctor Wayne te dé el alta.
Gloria se puso muy nerviosa al ver que Damián se presentó de repente. Incluso, podía sentir la tensión de ellos en nuestro ambiente.
—Gracias por todo —lo abracé con familiaridad—. Has estado atento en todo momento y no me queda más que sentirme agradecida contigo. Nunca he tenido la menor duda de que eres una gran persona, aunque a veces te comportes como un pendejo arrogante.
—Solo hago mi trabajo —se ruborizó al hacerse el fuerte, aunque en sus ojos podía ver lo aliviado que se sentía de verme en mejores condiciones de salud.
—Lo sé, aunque también sé que me has ayudado por el simple hecho de que en el fondo tienes un buen corazón —le sonreí con cariño.
Damián me devolvió el abrazo con más comodidad. Podía sentir como dejaba sus cargas por un momento, ya que había estado muy preocupado por mí. Gloria y Kenneth, a pesar de que se mostraron sorprendidos ante la inesperada acción del doctor Del Valle, parecían enternecidos por el momento.
De repente, alguien carraspeó detrás de nosotros y nos separamos al instante. Al darme cuenta de que se trataba de Adrián, le sonreí con ilusión. No lo había visto desde que le di sexo oral en la mañana.
—¿Por qué siempre que debo encontrarme con ustedes dos se están abrazando? —Adrián frunció el ceño al mantener una expresión llena de seriedad.
