Capítulo 72

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Capítulo 72

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Capítulo 72.

(Adrián).

—No entiendo como tiene el descaro y la valentía de presentarse justo aquí, en mi área de trabajo, cuando sabe perfectamente que no me interesa verla en lo absoluto —le solté con frialdad, observando como ella mantenía la mirada baja.

—Quisiera hablar de tantas cosas contigo, pero...

—No me tuteé.

—Perdona —tragó hondo y se mostraba muy nerviosa—. Quisiera hablar de tantas cosas con usted y aclarar muchas lagunas mentales que debe tener, pero me limitaré a explicarle el propósito de mi visita.

La miré fijamente, sin mostrarle ninguna expresión en concreto, intentando mantenerme neutral, como me indicó Marcella.

—Sinceramente, quería preguntarle en persona cómo se encuentra la muchacha con la que usted está.

—¿Qué? —bufé, incrédulo ante lo que me decía—. ¿Ahora me dirá que está preocupada por mi novia?

—En realidad, sí. Supongo que para ella no debió ser fácil que la secuestraran y...

—¿Cómo es que usted sabe sobre esa situación? Además, ¿por qué ahora le interesa el bienestar de mi novia?

—Yo... —comenzó a tartamudear—. No lo tome a mal, porque es que hace mucho que no lo hacía —me advirtió y sus ojos verdes se encontraron con los míos—. Yo intenté buscarla varías veces para hablar con ella.

—¿Qué? —me reí con sorna, sintiéndome fastidiado—. Ahora sí que creo que usted y yo debemos hablar seriamente, porque no me está gustando para nada lo que sale de su boca en cuanto a mi novia.

—No quiero que lo malinterprete —la tristeza en sus ojos era evidente.

—No quiero malinterpretarlo, pero me está diciendo que ha buscado a mi novia, a mi mujer —le di un leve golpe a la mesa del escritorio—. Eso es meterse en mi vida privada.

—Lo sé, pero le juro que no es mi intención —se mostró muy apenada y algo se removió muy adentro de mi ser. Quería dejarla hablar y que se explicara, pero también deseaba que se alejara de mí—. Si tan solo usted me dejara explicarle algunas cosas con más calma y antes de que me reclame, quizá pueda entender mi visita y el por qué estoy aquí.

Lo reflexioné por unos segundos, luchando con mi oscuro ángel y con la persona compasiva que yo solía ser como profesional. De repente, pensé en lo que haría Alysha o Marcella y solté un suspiro lleno de asimilación. Cerré los ojos por algunos segundos y me dejé llevar por ese detalle que parecía estúpido, pero que en realidad me estaba ayudando a manejar la situación.

—Está bien —acepté al intentar respirar con más calma—. Como no quiero pensar mal de esta mierda, empecemos de nuevo con esta conversación —asentí lentamente y junté mis manos, presionándolas una y otra vez. No quería que alguno de mis trastornos compulsivos empeorara la situación en cuanto a mí.

MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora