(+21) (Libro 4) Fue inevitable que Adrián y Alysha no se dejaran llevar por la intensa atracción y la fuerte conexión que los unía desde un pasado que fue muy difícil para el prestigioso médico cirujano.
Adrián y Alysha tendrían que vivir y recorrer...
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Capítulo 6.
Bailaba con el doctor Yanius a regañadientes, aunque tenía que admitir que mi sonrisa estaba muy lejos de ser una sincera. Me disgustaba el hecho de que Adrián solo se quedara observándome mientras hablaba con su madre. Al principio creí que él no me dejaría tanto tiempo en la pista de baile con el doctor Yanius. Y aunque la música que reinaba en el ambiente mayormente era clásica, mi acompañante no dudaba en aprovechar la situación para intentar conquistarme.
—¿Todavía seguirás creyendo que le interesas sinceramente al director del departamento de cirugía? —me preguntó con una sonrisa llena de suficiencia y sarcasmo.
—¿A qué te refieres? —acomodé sus manos sobre mi cintura cuando sentí que las había colocado casi en mis nalgas.
—¿No te das cuenta? Solo te ve como si fueses una nueva adquisición.
—No sabes lo que dices —le aseguré.
—Claro que lo sé. Supuestamente tienes una relación con él, pero resulta que no te muestra en público. Y mucho menos en un evento como este.
—No es así —bufé con fastidio.
—Entonces, ¿por qué soy yo quién está acompañándote a este evento y no él? —continuó llevándome al ritmo de la música clásica.
—Como te había dicho anteriormente —recalqué—, no tengo que darte ningún tipo de explicación cuando se trata del director del departamento de cirugía.
—¿Será que prefieres no hablar con claridad? —insistió.
—¿Será que ideas cosas en tu cabeza por la sencilla razón de que te sientes identificado?
—No he sido un santo, señorita Doménech —se rio en mis narices—. Pero me agradas y me interesas. Y me molesta un poco que no te hayas tomado la tarea de conocerme lo suficiente.
—Lo conozco profesionalmente y con eso está más que bien. Somos compañeros en el hospital y en eso los dos tenemos que estar muy claros, doctor Yanius. Además, no quiero tener...
—¿No quieres tener que recurrir a nuestro jefe? —me interrumpió—. ¿No quieres tener problemas con el director favorito del hospital? —bufó.
«iba a decir que no quería tener problemas de ninguna índole con mi relación amorosa, pero ya que lo había dicho de esa manera...».
—Realmente, así es —le aclaré—. Y espero que lo puedas entender y respetar.
Me hizo mover el cuerpo de mala manera al ritmo de la música. Puse los ojos en blanco y le dejé saber con mi acto que su actitud llena de ego me estaba fastidiando.
—No entiendo tu insistencia para que yo te ofrezca algún tipo de oportunidad —murmuré entre dientes—. Debiste entender desde el principio que el doctor Adrián Wayne y yo somos muy buenos amigos.
