(+21) (Libro 4) Fue inevitable que Adrián y Alysha no se dejaran llevar por la intensa atracción y la fuerte conexión que los unía desde un pasado que fue muy difícil para el prestigioso médico cirujano.
Adrián y Alysha tendrían que vivir y recorrer...
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Capítulo 70.
Eran casi las 6:30 de la tarde cuando Gloria, Kenneth y yo nos encontrábamos en el balcón de la habitación principal junto a la playa. Los tres admirábamos el naranja chillón que poco a poco se desvanecía por el anocher.
Cuando ellos culminaron sus turnos en el hospital, no dudaron en visitarme a la mansión después que los llamé para reunirnos. Además, estaban más que emocionados de saber cómo era la propiedad principal del futuro dueño del «Hospital General de Puerto Rico».
Estábamos sentados sobre el borde del balcón, sintiendo en nuestros rostros la fría brisa del mar. Sin contar que los había esperado para explorar juntos la gran mansión. Los tres habíamos alucinado con la costosa vida de Adrián Wayne. Especialmente, Kenneth, quien no dejaba de abrir la boca con impresión una y otra vez. Iba dando saltitos de emoción cada vez que podía.
—¿Saben, chicas? Es irónico que aquí estemos justo nosotros tres, los que hemos vivido un sinnúmero de experiencias en el internado, ya sea como compañeros o amigos —nos dijo Kenneth con una sonrisa nostálgica mientras disfrutaba de la hermosa vista.
—Ahora somos colegas —añadió Gloria al mantener la cabeza apoyada sobre su hombro.
Kenneth y Gloria aún vestían los uniformes del hospital. Él portaba uno morado y ella uno rosa, aunque en el momento no tenían sus respectivas batas médicas. Sin embargo, estaban descalzos y disfrutaban de mezclar sus pies en la arena.
—Como ha pasado el tiempo, ¿verdad? —Kenneth suspiró.
Asentí y le dediqué una sonrisa nostálgica, recordando todos los momentos buenos y malos que habíamos pasado desde que ingresamos como internos en el hospital.
—Oye, Nere —Kenneth llamó mi atención cuando me miró de abajo hacia arriba al enarcar las cejas—. A pesar de que sigues en plena recuperación, debo decir que se nota que el príncipe del bisturí te da mucho sexo del bueno. Te ves, no sé, muy radiante. ¡Estás jodidamente buena, mujer!
—¿De verdad se nota? —me ruboricé y bajé la mirada.
—Por supuesto que se nota —reiteró y se removió para que Gloria apartara la cabeza de su hombro—. Si no me crees, que te lo diga ella misma, quien pasó de no tener intimidad desde que se dejó de un exnovio a tener sexo salvaje con el emergenciólogo más sexy del hospital.
—Sí, pero el sexo con Damián siempre ha sido esporádicamente, sin compromisos ni nada —nos recalcó, poniendo los ojos en blanco, como si eso lograra hacernos pensar que lo de ellos siempre ha sido sexo esporádico.
—Quizá han tenido mucho sexo casual, pero eso no cambia el hecho de que está jodidamente loco por ti, Glory —le dijo Kenneth bastante frustrado—. Tal vez no te lo diga con palabras, pero sabes muy bien que últimamente lo ha demostrado con hechos.
