Capítulo 9.
Mi corazón latía desenfrenadamente y mi cuerpo temblaba por los nervios que me causaba la cercanía de Adrián. No pude evitar restregar mis nalgas contra su erección, ya que quería hacerle saber que estaba lista para que me poseyera como se le antojara. Luego me guio hacia donde se encontraban los lavabos al caminar despacio, hasta que sus ojos claros me miraron a través del enorme espejo. Automáticamente, tragué saliva y solté un largo suspiro, lista para su nueva orden.
—Inclínate —me susurró al oído mientras me miraba a través del espejo.
Le obedecía y me incliné lentamente. Después colocó sus manos a cada lado de mis nalgas y rozó su erección sin ningún tipo de vergüenza. No pude evitar estremecerme de gusto, ya que algunos suspiros se escapaban de mi boca cuando elevó mi vestido hasta mi cintura. Luego se inclinó sobre mi cuerpo y presionó su dureza contra mi sexo, asomando sus labios hasta mi oído.
—¿Esto es lo que me pedías? ¿Es lo que quieres de mí? —me preguntó en un susurro muy provocador y luego tiró de mi cabello para hablarme con más autoridad—. No me hagas perder el tiempo.
—Sí, papi... —gemí por lo bajo y removí mis nalgas contra su entrepierna, pero él sonrió con suficiencia contra mi mejilla.
—Eres una pervertida —su mano desocupada se dirigió hacia mi sexo al colarse en el interior de mi tanga—. Igual que yo, Aly.
—Ah, sí... —me mordí el labio inferior—. Tócame, por favor. Tócame todo lo que quieras...
—¿Así? —sus dedos frotaron mi hinchado clítoris y sus ojos volvieron a buscar los míos a través del espejo—. Puedo comprobar que la crema hizo un buen efecto aquí abajo.
—Andy... —cerré los párpados por el placer tan desesperante que me estaba causando.
—Estás muy mojada y eso me la pone más dura, bebé —susurró en mi oído—. Abre más tus deliciosas piernas.
Le obedecí como pude, pero él continuó sobre la parte posterior de mi cuerpo.
—Buena niña... —mordió el lóbulo de mi oreja y sentí un delicioso escalofrío que recorrió mi cuerpo cuando rodó mi tanga y dirigió su mano hacia mi ano.
Tragué saliva y volví a cerrar los párpados al estar consciente de sus intenciones con esa parte tan prohibida de mi cuerpo. Mi respiración era cada vez más agitada y él podía percibirlo.
—Tranquila —me susurró al oído—. El día que de verdad yo vaya a poseerte por aquí será en la comodidad de mi cama, pero me gusta prepararte.
Un bajo gemido de susto y excitación se escapó de mis labios cuando introdujo su dedo meñique en mi ano mientras lamía mi cuello.
—¿Sabes cuál es verdadero arte de esto? —su pregunta retórica resonó en mi oído—. El proceso de preparación y el como tú me haces sentir al permitirme poseerte como a mí me dé la gana —su dedo le hacía presión a mi ano—. Sin embargo, como también disfrutas lo que yo te hago, lo convertimos en eso para los dos.
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MCP | La Residencia ©️ (Parte 2) (¡Completa!) ✓
Romance(+21) (Libro 4) Fue inevitable que Adrián y Alysha no se dejaran llevar por la intensa atracción y la fuerte conexión que los unía desde un pasado que fue muy difícil para el prestigioso médico cirujano. Adrián y Alysha tendrían que vivir y recorrer...