Capítulo LIII

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Draco despertó sintiendo los rayos del sol acariciando su rostro, como si alguien hubiera abierto las cortinas de su suite para que el sol le diera en la cara, pero le costó abrir los ojos porque toda esa claridad lo cegaba. Se incorporó hasta sentarse con los ojos aún entrecerrados y se sobó la nuca haciendo una mueca de dolor, pues le dolía como si hubiera rebotado en el piso. Al parecer se había desmayado.

¿Se había desmayado?

Draco dio un respingo y abrió los ojos de golpe. Miró alrededor y se dio cuenta de que no estaba en la mansión Malfoy ni tampoco en Hogwarts. Se puso de pie y sacudió un poco su traje, y se encontró solo en medio de la nada, por decirlo así. En el horizonte habían verdes colinas y se encontraba en medio de un enorme campo de espigas y dientes de león. Su cuerpo había aplastado algunos mientras estuvo inconsciente.

Pero, ¿dónde estaba?

Lo último que recordaba era... la Torre de Astronomía... Dumbledore cayendo desde lo alto de la torre... Voldemort lanzándole el maleficio asesino... Amy gritando y convirtiéndose en una bola de luz...

En una bola de luz.

El encuentro con el dementor de hace 3 años atrás había alterado la energía de Amy, y ésta había continuado modificándose gracias al incidente con el Giratiempo, el Priori Incantatem en el cementerio de Little Hangleton, y el oscuro encantamiento que había recitado para que Draco lograra reparar el armario evanescente.

Amy se había sacrificado para salvar a su amado.

De repente, Draco vio algo que se movía a lo lejos. Entornó los ojos para ver mejor y distinguió una silueta. Era una mujer. Tenía un inconfundible cabello verde y un aún más inconfundible vestido celeste.

—¡Amy! —Gritó Draco con todas sus fuerzas y comenzó a correr hacia ella.

Amy jadeó y dio un respingo al escuchar su nombre, giró su cabeza en dirección hacia donde provenía aquel grito, y una hermosa sonrisa se dibujó en su rostro al ver a su amado Draco corriendo hacia ella.

—¡Draco! —Chilló Amy contenta y comenzó a correr a su encuentro, suspendiéndose un poco la falda para no tropezar.

Draco y Amy se abrazaron, y él la levantó y la hizo girar mientras ambos reían y lloraban de alegría.

Podían tocarse.

Y cuando dejaron de girar, intentaron unir sus labios en un beso, pero una fuerte descarga eléctrica en sus labios los hizo apartarse bruscamente, dando un paso hacia atrás.

—¡Auch! —Chillaron al unísono y se palparon los labios con las yemas de sus dedos.

—¿Pero qué sucede? —Preguntó Draco.

—Podemos tocarnos pero no podemos besarnos. Eso no es justo —dijo Amy con tristeza mientras le acariciaba su hermoso rostro, y Draco tomó sus delicadas manos y las besó con desesperación—. Creí que te perdía —añadió con la voz quebrada.

—Aquí estoy, amor. No me perdiste. ¿Pero dónde estamos?

—No lo sé. He estado atrapada aquí durante años y estoy segura de que este no es el Cielo, pero tampoco es el infierno.

—¿Has intentado salir de aquí?

—Es imposible salir de aquí, Draco. ¿Ves esa luz de allá? —Preguntó Amy señalando un punto alejado donde un rayo de luz blanca se erigía desde el suelo hasta el cielo—. Es una especie de portal. Me permite cruzar a tu mundo, pero como fantasma.

—¿Y qué hay detrás de las colinas?

—Las colinas terminan en un acantilado, y allí está el mar.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora