Capítulo LIV

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Una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Amy y comenzó a explicarle a Draco detalladamente las instrucciones para llegar al pasadizo de la bruja tuerta y cómo atravesarlo.

—¿Está todo claro, Draco?

—Muy claro, Amy. Es hora de averiguar si podemos salir de aquí.

Draco ayudó a Amy a ponerse de pie y ambos comenzaron a correr hacia las colinas tomados de la mano.

—¿Quieres explicarme cómo es que Potter puede verte? Creí que Fang y yo éramos los únicos que podían hacerlo hasta que nos enteramos de Dumbledore.

—Puede verme cuando se esconde bajo la capa de invisibilidad de su padre.

—¿Capa de invisibilidad? ¿A eso se refería Dumbledore cuando dijo que no necesitaba una para verte?

—Así es. Nada se le escapaba, ¿no crees?

Draco y Amy siguieron corriendo hasta que llegaron a la cima de una de las colinas y, jadeando, observaron las olas del mar que chocaban contra el rocoso acantilado.

—Vaya, es más aterrador de lo que pensaba —admitió Draco al ver que se encontraban en una gran altura.

—¿Tienes miedo, amor?

—Mucho.

—Yo también —confesó Amy y apretó la mano de Draco con fuerza.

—A la cuenta de tres, saltamos, ¿sí?

—De acuerdo —Amy asintió.

—Uno, dos, tres. ¡Salta!

Draco y Amy saltaron hacia lo que, en otras circunstancias, habría sido una muerte segura, y Amy comenzó a chillar. Estaba muy asustada. En pocos segundos entraron al agua con un sonoro chapuzón, como dos balas de cañón, y sus manos se soltaron. No había rocas puntiagudas allí, pero era un sector muy profundo, pues tampoco se veía el fondo.

Sumergidos en el mar, ambos nadaban desesperadamente hacia el otro, tratando de unir sus manos nuevamente, pero había una fuerza invisible que los separaba y los succionaba hacia el fondo del océano sin importar cuánto lucharan contra ella...

De repente, Draco despertó ahogando un grito y se sentó de golpe. Se palpó el rostro y el pecho con las manos mientras miraba alrededor. Estaba solo en la Torre de Astronomía. Había logrado regresar.

Voldemort se había ido y los mortífagos habían abandonado la torre para atacar la cabaña de Hagrid y tomarlo prisionero. Y a pesar de que Harry había presenciado con horror lo que Voldemort le había hecho a Draco, también había abandonado la torre para ir tras Snape.

Draco recogió si varita, se deslizó hacia la barandilla y atisbó lo que ocurría abajo. Toda la escuela estaba reunida al pie de la torre, rodeando el cuerpo sin vida del profesor Dumbledore, llorando su muerte con las varitas en alto, y las puntas iluminadas de éstas las hacía parecer cientos de estrellas desde donde Draco estaba.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y su barbilla comenzó a temblar al presenciar aquella desgarradora escena, pero ahora tenía otra misión que cumplir. Si él había logrado regresar, estaba seguro de que Amy también, y le había prometido que la encontraría.

Draco abandonó la torre sigilosamente y se dirigió hacia el tercer piso del castillo, donde justo a la mitad del pasillo había una estatua de una bruja tuerta y jorobada. Siguiendo las instrucciones de Amy, le dio unos golpecitos con su varita y susurró:

—Dissendio.

La joroba de la estatua se abrió dejando una abertura lo suficientemente ancha como para que pasara una persona delgada. Draco sonrió, miró a ambos lados del pasillo para asegurarse de que no había nadie y atravesó la abertura. Se deslizó por lo que parecía un largo tobogán de piedra y aterrizó en el fango, tal como le había dicho Amy. Y como estaba todo oscuro, levantó la varita y susurró:

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora