Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]

Capítulo XCIII

Amy y corrió hacia donde Neville había caído, seguida de Draco. Y en ese momento, Harry abrió los ojos y rodó para caer al suelo, dejando perplejo a Hagrid. El muchacho se puso de pie rápidamente y agitó su varita para liberar al semigigante de sus ataduras.

Los defensores de Hogwarts vitoreaban a Harry, y todos aquellos gritos de júbilo habían ahogado el grito de cólera que había soltado Voldemort mientras le lanzaba hechizos al chico, quien corrió para esquivarlos y se perdió detrás de unas columnas en ruinas.

Harry había encontrado la Piedra de la Resurrección oculta dentro de la Snitch Dorada que le había heredado Dumbledore. Ésta se había abierto y había relevado su secreto cuando Harry la acercó a sus labios y dijo en voz alta que estaba listo para morir en el Bosque Prohibido, antes de su encuentro con Voldemort.

La piedra le había hecho ver a los espíritus de sus padres, y también a los de Sirius y Remus. Ellos le habían dicho lo orgullosos que estaban de él y de lo valiente que había sido, y que ya le faltaba poco para vencer. Y a pesar de que a Harry se le había caído la piedra en el bosque antes de enfrentar su destino final, Voldemort no lo había matado, sino al Horrocrux que vivía en él como un parásito, y el muchacho sólo había fingido estar muerto para atacar por sorpresa en el momento exacto.

Encolerizado por su reciente fracaso, el Señor Tenebroso se puso en marcha y comenzó a perseguir a Harry Potter sin dejar de lanzarle maldiciones, y algunos mortífagos comenzaron a huir desapareciéndose mientras Bellatrix les gritaba como loca que regresaran. Pero otros corrieron hacia el castillo para atacar.

—¡Nev! ¡Háblame, por favor, Nev! ¡No te mueras! —Le decía Amy, quien estaba arrodillada a su lado y le daba unas suaves palmaditas en la mejilla.

—¡Te prohíbo que te mueras, Longbottom! ¡No le hagas esto a Amy! —Le gritó Draco, quien estaba arrodillado junto a Amy—. La salvaste, grandísimo tonto...

Neville tenía los ojos cerrados, y Amy se alegró al descubrir que sólo estaba inconsciente cuando pegó la oreja al pecho de su amigo y escuchó los latidos de su corazón.

—Está vivo... —susurró Amy con lágrimas de alegría rodando por sus mejillas.

—Y tú también, gracias a él, amor —le dijo Draco a Amy con los ojos llenos de lágrimas, y le dio un cariñoso beso en los labios.

Neville no había ido a entregarse, sino que se había arriesgado a intentar bloquear la maldición asesina de Voldemort con la espada de Gryffindor para salvarle la vida a Amy, y lo había logrado.

—Me asusté tanto, Amy —le dijo Draco, envolviéndola en un abrazo.

—Yo también me asusté, Draco —respondió Amy y lo abrazó fuerte.

—Eso salió bien, ¿no? —Dijo Neville haciendo una mueca de dolor y abriendo los ojos lentamente.

—¡Eres un tonto, Neville! —Exclamó Amy volteándose hacia él—. Un tonto muy valiente —añadió y se inclinó para darle un beso en la mejilla.

—Te debo una muy grande, Longbottom —le dijo Draco—. Le salvaste la vida a mi Amy.

—No me debes nada, Malfoy —respondió Neville.

En ese momento, se escuchó una fuerte explosión que les hizo caer en cuenta de que la batalla aún continuaba.

—¡Entren todos al castillo! —Gritaba la profesora McGonagall y hacía señas con las manos mientras iba acercándose a ellos.

—Iré a buscar a mis padres y le devolveré la varita a mi madre, ¿sí? —Le dijo Draco a Amy.

—Ve, amor —respondió Amy.