Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]

Capitulo XXXVII

Irónicamente, el profesor Dumbledore había rescatado a Umbridge de los centauros y fue a parar al hospital de la escuela. Dumbledore fue restituído como Director de Hogwarts y Umbridge regresó al Ministerio, donde Fudge le devolvió su antiguo cargo como si nada hubiera ocurrido.

Largos artículos sobre el retorno de El Que No Debe Ser Nombrado se publicaban diariamente en El Profeta y Draco no hacía más que leerlos una y otra vez todo el día para mantener su mente ocupada.

Para no pensar en ella.

Draco ya había cumplido 16 años y pronto comenzaría su Sexto Año. No había vuelto a ver a Amy desde que pelearon y se sentía vacío. Ella había sido su compañera de toda la vida y su primer amor, y ahora simplemente ya no estaba.

¿Amy era hija de muggles y fue novia de su padre?

Eso era algo que le costaba mucho creer, pues su abuelo le había inculcado a su padre la ideología de la supremacía de la sangre pura, al igual que su padre lo hizo con él, y la única persona que podía darle respuestas estaba a kilómetros de distancia, encerrada en una celda en Azkaban.

Lucius se veía terrible en prisión. Vestía un sucio traje de prisionero, su larga cabellera rubia estaba desgreñada y sin brillo, tenia ojeras muy profundas y no había vuelto a afeitarse. Le habían asignado la misma celda que fue ocupada por Sirius Black, y no lo supo sino hasta que encontró el nombre de Amy grabado en la pared.

—¡Black! —Bramó furibundo y le dio un puñetazo a la pared, lastimando sus nudillos.

Lucius amaba a Narcissa, pero Amy había sido alguien muy especial en su vida. Fue su primera novia y su primer amor. Se había enamorado de ella durante la Ceremonia de Selección en su Primer Año.

Lucius acababa de quedar seleccionado en Slytherin cuando llamaron a Amy a pasar al frente. Era una hermosa niña bajita que tenía el cabello corto, ondulado y verde como el color de su casa.

"¡Ravenclaw!", chilló el Sombrero Seleccionador y la sonrisa de Amy iluminó todo el Gran Comedor. Ella balanceaba sus caderas de una forma muy peculiar al caminar y Lucius se le había quedado mirando, sonriendo como bobo mientras ella se acercaba a la mesa de Ravenclaw para reunirse con sus compañeros, quienes le daban una entusiasta ovación.

Desde niño, Lucius siempre había tratado con desprecio a los magos y brujas que no eran sangre pura, y a los que consideraba traidores a la sangre como lo hacía su padre, pero a Amy nunca la había tratado así a pesar de que sabía que era hija de muggles. Es más, nunca le había hablado. Probablemente porque tenía una lucha interna entre sus sentimientos y la ideología que le había inculcado su padre.

Pero una visita a Hogsmeade en su Sexto Año lo cambió todo.

Era la primera vez que Lucius veía a Amy con un lindo vestido floreado y zapatos de tacón en vez de su uniforme escolar, y se había quedado contemplándola subir a una de las carrozas. Las muchachas como que le tenían miedo, pero Amy le dedicó una hermosa sonrisa cuando se dio cuenta que la miraba.

Por primera vez, un adorable rubor había cubierto las pálidas mejillas de Lucius. Bromear no era algo típico en él, pero ese día había hecho una broma cuando ayudó a Amy a levantarse después de que Goyle la tumbara al suelo accidentalmente por fastidiar a Sirius, y ella se había reído.

Se había reído.

Escucharla reír fue como música para sus oídos y sintió electricidad cuando sus manos tocaron...

Lucius se quedó mirando las pequeñas heridas que el puñetazo a la pared de su celda había abierto en sus nudillos y, acariciando suavemente el nombre de Amy con su mano herida, se perdió en uno de sus recuerdos: