Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]

Capitulo XXVII

Amy había caído de rodillas sobre el césped en un escalofriante cementerio. No sabía cómo es que había llegado hasta allí. Lo último que recordaba era estar conversando con Draco, pero sin duda, ahora se encontraba muy, muy lejos de su amado.

Ella no lo sabía, pero había sido transportada al cementerio de Little Hangleton junto con Harry y Cedric.

Cedric había salvado a Harry del ataque de una acromántula y Harry había salvado a Cedric de los ataques de un hechizado Viktor Krum, quien estaba bajo los efectos del maleficio Imperius, tal como pensaba Amy.

Después de desarmar a Krum, ambos divisaron la copa y acordaron tocarla juntos, y ésta resultó ser un traslador que los llevó al cementerio de Little Hangleton. Estaba tan llena de magia oscura que parecía que el mismo Voldemort la había hechizado.

Sin saberlo, Harry había transportado a Amy a aquel cementerio, pues había pensado en ella al momento de tocar la copa, y la magia oscura que yacía en ésta se había encargado de arrebatársela a Draco.

—¡Auch! —Chilló Amy, pues se había lastimado al impactar contra el césped.

Se había lastimado. Se había vuelto tangible otra vez.

Amy se puso de pie y examinó sus manos y sus brazos, miró su vestido y comenzó a llorar.

—No otra vez —sollozó. Tenía hematomas en su cuerpo y su hermoso vestido estaba sucio y manchado con sangre.

Amy comenzó a caminar, intentando reconocer aquel escalofriante lugar. Ya había oscurecido, hacía frío, y los piquetes del césped en sus pies descalzos eran tan dolorosos como si estuviera caminando sobre vidrios rotos.

De repente escuchó voces y reconoció la de Harry.

—¡Debemos tocar la copa, Cedric! ¡Ahora! —Chilló Harry al encontrar la tumba de Thomas Riddle Sr.

—¡Harry! —Chilló Amy y corrió hacia él.

Amy lloraba, pues sentía un terrible dolor en todo su cuerpo, sin mencionar las plantas de sus pies, pero Harry no la vio y mucho menos la escuchó. Amy se había vuelto tangible pero era como si estuviera en otra dimensión, pues Harry había atravesado su cuerpo.

Harry gritó de dolor y comenzó a sobarse la cicatriz, y en ese momento se encendió una fogata bajo un caldero gigante ubicado justo frente a aquella tumba, y Peter Pettigrew salió de entre las sombras, cargando a un pequeño, escuálido y débil Voldemort envuelto en una túnica negra.

Amy ahogó un grito y se cubrió la boca con las manos mientras sacudía la cabeza, negándose a creer lo que sus ojos veían.

—¡¿Quiénes son ustedes?! ¡¿Qué es lo que quieren?! —Bramó Cedric, apuntando a Pettigrew con su varita.

—¡Mata al intruso! —Chilló Voldemort con su horrible voz ronca y siseante.

—¡Avada Kedavra! —Chilló Pettigrew, complaciendo a su amo.

Una luz verde salió de la punta de su varita, que en realidad era la de Voldemort, y golpeó a Cedric en el pecho, matándolo instantáneamente.

—¡Noooooo! —Chillaron Amy y Harry al unísono.

Amy se dejó caer de rodillas y rompió a llorar, y Colagusano inmovilizó a Harry con un hechizo por órdenes de Voldemort, y dejó caer el cuerpo de su amo en el caldero para dar inicio al oscuro ritual que le devolvería su fuerza.

Amy veía horrorizada cómo Pettigrew iba agregando "ingredientes" al caldero: el hueso del padre tomado sin permiso, la carne del sirviente entregada voluntariamente, y la sangre del enemigo tomada por la fuerza. Luego el caldero comenzó a desvanecerse al mismo tiempo que Voldemort iba tomando forma, Amy sintió ganas de vomitar y Harry comenzó a gritar de dolor, pues su cicatriz había comenzado a quemarle la frente.