Capítulo LXVIII

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Amy retomó su forma humana y Snape la tomó por los hombros.

—¿Pero qué crees que estás haciendo, Amy? —Preguntó zarandeándola suavemente.

—¿Qué crees que estás haciendo tú, Severus? —Replicó Amy ceñuda, soltándose de su agarre con un movimiento de brazos—. ¿Por qué les traes información sobre la Orden?

—El Señor Tenebroso confía en mí. Soy un mortífago, Amy. ¿Qué se supone que haga?

—No lo sé. ¿Tal vez pasarte a nuestro bando?

—Todo es parte de un plan mayor, Amy. Te lo puedo asegurar. Pero no hay tiempo para explicaciones ahora. Hablaremos en la escuela, ¿sí?

—Pero...

—Escucha, debes quedarte aquí. No te arriesgues a salir de nuevo. El Señor Tenebroso podría verte esta vez.

—No, Severus. Yo quiero saber. Necesito saber qué es lo que está tramando. ¿Hay un prisionero en el sótano? ¿Y qué le han hecho a esa pobre mujer que cuelga sobre la mesa? ¿Quién es ella?

—Ella...

Snape aguzó el oído y se dio cuenta de que a Yaxley le faltaba poco para terminar de contar hasta cien.

—Se me acaba el tiempo. Hablaremos en Hogwarts, Amy. Lo prometo —prosiguió el profesor—. Me alegra que hayas aceptado reincorporarte. Espero tu visita en la oficina del director. La nueva contraseña es "Canario".

Amy sonrió y un adorable rubor cubrió sus mejillas. Y como nunca antes, una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Snape y acarició la mejilla de su amiga con ternura. Luego salió de la habitación justo cuando Yaxley terminó de contar y terminó el efecto de la maldición que le había lanzado.

—¿Y el ave? —Preguntó un confundido Yaxley.

—Salió por la ventana antes de que llegaras a matarla —mintió Snape—. Será mejor que regresemos al salón. No hay nada inusual aquí.

Snape y Yaxley regresaron al salón y Voldemort los esperaba impaciente. Draco había comenzado a sudar de lo nervioso que se había puesto, y Amy regresó al sitio desde donde podía ver y escuchar todo lo que pasaba en el salón.

—¿Y bien? —Preguntó Voldemort.

—No hemos encontrado nada inusual, mi Lord —se adelantó a responder Yaxley—. Sólo una tonta ave —añadió y Draco parecía estar a punto de desmayarse—. De seguro era eso lo que Draco miraba.

Voldemort miró a Snape, como preguntándole si era cierto eso, y Snape asintió. Entonces Yaxley comenzó a hervir de rabia.

—¿Así que tienes una mascota, Draco? —Preguntó el Señor Tenebroso.

—No, mi Lord. No —respondió Draco con voz temblorosa y negó con la cabeza.

—Al parecer el ave entró por la ventana, mi Lord, porque por ahí volvió a salir —mintió Snape, miró a Draco de soslayo y, asintiendo con una casi imperceptible cabezada, le hizo saber que Amy estaba bien.

—Bien. ¡Al próximo que se distraiga lo mataré, ¿entendido?! —Chilló Voldemort y todos se tensaron. Snape y Yaxley regresaron a sus asientos y el Señor Tenebroso prosiguió—: Veamos... ¿En qué iba? ¡Ah sí! ¿Dices que el núcleo de tu varita es de fibras de corazón de dragón, Lucius?

—Así es, mi Lord —respondió él, y con un fugaz movimiento de su mano se secó el sudor que tenía en el labio superior.

—¡Fantástico! —Exclamó Voldemort y arrancó la empuñadura de la varita con un movimiento que produjo un ruido sordo.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora