Capítulo XXXIV

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Umbridge había pasado días y días interrogando a los estudiantes sin obtener ningún resultado, así que mandó a colgar el Decreto Educacional No. 98, en el que se establecía que quienes quisieran unirse a la Brigada Inquisitorial para obtener créditos extra, debían inscribirse en la oficina de la Suma Inquisidora.

—No lo hagas, Draco —suplicó Amy.

—¿Qué clase de Malfoy sería si no me uno a la Brigada Inquisitorial? —Preguntó Draco.

—Uno que usa la cabeza antes de pensar en su estatus social.

—Pero si estoy usando la cabeza, Amy. ¿Recuerdas el dicho: "Si no puedes vencer al enemigo, únetele"?

—A veces me asusta el porqué de tus decisiones, Draco.

—Estaré bien, hermosa. ¿Me das un beso?

Amy sonrió y, parándose de puntitas, le dio un rápido piquito en los labios. Draco relamió sus labios y le guiñó un ojo, y se dirigió hacia la oficina de Umbridge para inscribirse.

La Suma Inquisidora de Hogwarts había formado la Brigada Inquisitorial con la intención de ejercer un mayor control sobre los alumnos, y así asegurarse de que cumplieran al pie de la letra los Decretos Educacionales que había impuesto.

Todos los que se inscribieron eran de Slytherin, y entre ellos estaban Crabbe, Goyle, Pansy Parkinson e incluso Filch, a quienes Umbridge les colocó unas distintivas insignias plateadas en sus túnicas, similares a las que usaban los prefectos, marcadas con una "I", que relucían en el pecho de cada integrante.

Todos los Inquisidores estaban autorizados a quitarle puntos a sus demás compañeros por alguna falta cometida, y Draco había sido nombrado Jefe Inquisidor de la Brigada.

Como Jefe Inquisidor, Draco había dividido a la Brigada en grupos para hacer un patrullaje por el castillo, y junto a Crabbe, Goyle y Filch, había comenzado a seguir a Cho Chang, quien caminaba de forma muy sospechosa, pues miraba hacia todos lados antes de doblar cada esquina en los pasillos, como si no quisiera que la siguieran.

De repente, una grande y extraña puerta había aparecido frente a ella en el séptimo piso, justo en frente de un tapiz de Barnabás el Chiflado. Cho cruzó la puerta y ésta comenzó a encogerse después de que se cerró, entonces los cuatro Inquisidores corrieron hacia ella, pero cuando la alcanzaron ya era muy tarde, pues se había encogido hasta desaparecer.

El grupo se había dividido para inspeccionar los alrededores por si la puerta volvía a aparecer. Amy estuvo junto a Draco todo el tiempo, pero no tenía idea de que aquella puerta era la entrada a la Sala de Menesteres, pues nunca había estado allí.

Draco comenzó a examinar la pared frente al tapiz, en busca de algún botón escondido o mecanismo secreto que la hiciera aparecer, pero no encontró nada.

—¿Tú qué opinas, Amy?

—No lo sé, Draco. Esto es muy extraño, incluso para los magos.

—¡Ya lo tengo! Tú puedes atravesar paredes, Amy. Atraviésala y ve qué está sucediendo ahí dentro.

—De acuerdo —Amy asintió e intentó atravesar la pared, pero se sorprendió al chocar contra una barrera invisible que no la dejaba atravesarla—. Esto tiene que ser una broma.

—¿Qué sucede, Amy?

—No puedo atravesarla.

—¿Qué?

—No puedo, Draco —decía Amy mientras daba topetazos contra a pared con cada intento.

—No sigas, hermosa, o vas a hacerte daño.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora