Capítulo LXXXVIII

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—¿No era más fácil que tocaras el nudo del tronco en tu forma animaga? —Preguntó Draco.

—Si, pero Canario no tiene muchas fuerzas para volar en este momento —respondió Amy.

Amy se lavaba las manos y la cara en el lavabo de un pequeño baño, y Draco esperaba su turno apoyado en el marco de la puerta.

—Lo que me cuentas es increíble, Amy. Muy difícil de procesar —afirmó Draco.

—Parece mentira, ¿no? —Replicó Amy.

—Pero se pueden rescatar cosas positivas de todo ello: tú y yo nos conocimos y nos enamoramos, aprendiste a activar y controlar tus poderes de metamorfomaga, y ahora eres la madrina del hijo de tu amigo Lupin, quien resulta que es mi sobrino.

—El mundo es muy pequeño, ¿cierto, amor?

—Demasiado, preciosa —Draco asintió—. ¿Y quién diría que la ira es el detonante que activa tus poderes de metamorfomaga? Y pensar que por poco te mato en El Nido aquella vez que tu cabeza...

—¡Chist! —Lo calló Amy colocando sus dedos índice y medio sobre sus labios—. No hay que recordar las cosas malas. Ya están sucediendo demasiadas allá afuera —añadió señalando con la cabeza hacia donde se libraba la batalla.

Draco besó los dedos de Amy, e inclinándose, besó sus labios con dulzura. Luego procedió a lavarse las manos y la cara, pero hizo una mueca de dolor al tocar las heridas que le había hecho Greyback.

—¿Aún llevas una botella de díctamo en el bolsillo, mi amor? —Preguntó Amy.

—Ya nunca salgo sin ella —respondió Draco.

—Déjame ponerte un poco en esas heridas.

—Pero primero, yo te pondré un poco en las tuyas, ¿sí?

Amy sonrió y asintió, y caminaron hasta una salita amoblada con muebles viejos y polvorientos, donde Draco se sentó en una silla y Amy se sentó de lado en su regazo. Draco sacó la botella de díctamo del bolsillo de su saco y se dio cuenta de que la varita de su madre estaba ahí.

—Se me había olvidado que aún tengo la varita de mi madre —dijo Draco avergonzado.

—¿Por qué tienes la varita de Cissy? ¿Y cómo es que Harry tenía la tuya? —Preguntó Amy.

—Potter me la quitó en mi propia casa durante el rescate —respondió Draco y Amy lo miró desconcertada—. No preguntes, hermosa. Todo fue muy confuso ese día. Pero la cosa es... que mi madre me prestó la suya para que pudiera venir a buscarte —añadió y un adorable rubor cubrió las mejillas de Amy.

—De acuerdo. Pero tenemos que devolvérsela, ¿sí? Tus padres están corriendo un gran peligro sin una varita para protegerse.

Draco asintió y vertió unas gotas de díctamo en las heridas del rostro de su amada, y éstas se cerraron con una fina capa de piel nueva, pero cuando Amy intentó curar las heridas de su amado, éstas no se cerraron.

—Es lo que me temía —dijo Amy con pesar.

—¿Qué sucede, hermosa? —Preguntó Draco.

—Estas heridas son producto del ataque de un hombre lobo y no se curarán fácilmente, pero el díctamo las mantendrá limpias y libres de infecciones. Madame Pomfrey debe revisarlas, y tal vez hasta tengamos que ir a San Mungo después para que los especialistas las traten.

—¿Significa que voy a convertirme en hombre lobo? —Preguntó Draco con espanto.

—No lo creo. Greyback no te mordió.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora