Capítulo LXV

1.1K 121 77
                                    

En un estrecho sendero bañado por la luna, dos figuras encapuchadas aparecieron de la nada. El lado izquierdo del sendero estaba bordeado por unas zarzas silvestres no muy crecidas, y el derecho, por un seto alto y muy cuidado.

Las dos figuras caminaban tomadas de la mano y hacían ondear sus largas capas de viaje alrededor de sus tobillos. La más alta arrastraba un baúl y la más pequeña llevaba tacones, que producían un ruido sordo con cada paso que daba, hasta que ambas figuras se detuvieron frente a unas impresionantes puertas de hierro forjado.

Los barrotes de las puertas empezaron a contorsionarse y retorcerse hasta componer una gigantesca y espantosa cara que habló con una voz retumbante y metálica:

—¡Manifieste sus intenciones!

Las dos figuras se quitaron las capuchas y entonces la cara reconoció los rostros de Draco y Amy, y volvió a hablar con su peculiar voz:

—¡Amo Draco! ¡Señorita Kasemir!

La cara conocía a Amy, pues cuando Lucius y ella estaban de novios, él le había ordenado que no le impidiera la entrada a Amy, a pesar de que Amy nunca iba sola a la mansión, sino que lo hacía acompañada de Lucius.

—Déjanos entrar —le ordenó Draco.

—Sí, amo —respondió la cara y los barrotes volvieron a contorsionarse y retorcerse hasta que la puerta volvió a su forma original. Entonces se abrió y los dejó entrar.

Las lecciones de Oclumancia habían continuado durante dos semanas más, hasta que Draco perfeccionó su técnica, y fue entonces que Amy decidió que estaban listos para regresar a la mansión, así que usó un hechizo de extensión indetectable en el baúl de Draco para que cupieran en éste las pertenencias de ambos.

Lucius y Narcissa no tenían idea de que Draco y Amy regresarían aquella noche, pero los recibieron con alegría, y estaban muy contentos de que Draco hubiera aprendido Oclumancia en un tiempo tan corto.

—Es que Amy es una gran maestra —dijo Draco durante la cena.

—Y Draco es un excelente alumno —afirmó Amy—. Aprende rápido.

—Aunque las lecciones fueron particularmente brutales —añadió Draco y comió un bocado de puré de patatas.

Lucius y Narcissa intercambiaron una mirada de desconcierto, pues "brutal" no era un adjetivo que describiría a la Amy que conocían.

—Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas, ¿cierto? —Dijo Amy y bebió un sorbo de zumo de calabaza.

—Cierto —respondió Draco—. De otro modo, creo que seguiríamos con las lecciones en El Nido. Deberías enseñar en Hogwarts. Serías una excelente profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, Amy.

—Ay, ¿pero qué cosas dices, Draco? —Dijo Amy ruborizándose.

—Es cierto —afirmó Draco—. ¿Mencioné que Amy me dio clases particulares durante el reino de terror de Umbridge? —Les preguntó a sus padres—. Todos los hechizos defensivos que aprendí en Quinto Año me los enseñó Amy.

—Sí, nos contaron sobre eso —respondió Lucius.

—Estaba preocupada por lo que Vol... por lo que él pudiera hacerles a ustedes si llegabas a fallarle, Lucius —repuso Amy—. No había nada sobre hechizos defensivos en el libro de texto de Defensa Contra las Artes Oscuras aprobado por el Ministerio, Draco no estaba aprendiendo a defenderse y no estaba aprendiendo a pasar los TIMOs.

—Por eso le pedí a Amy que me enseñara y ella aceptó —dijo Draco acariciándole la mano y Amy sonrió.

—Y hablando de Hogwarts, ¿sabían que Severus es el nuevo director? —Preguntó Narcissa y Amy se atragantó con su zumo de calabaza.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora